Categorías
Análisis - Opinión Destacadas Mundo Política

Lula, la mano izquierda de Dios

Lula da Silva se entregó al abrazo de sus más fervientes seguidores pero también a esperanza de convertirse en una idea que empuje a los brasileros a salir del estado social en que se encuentran la mayoría de los 207.660.929* habitantes, la pobreza: “Todos ustedes serán Lula y caminarán por este país haciendo lo que hay que hacer. Mis ideas están en el aire, y no hay como detenerlas”

Es largo y penoso el camino de liberación.

Luiz Inácio Lula da Silva, tuvo la desfachatez de ser presidente del país donde los ricos no pagan impuestos, donde las adinerados forman castas y todos sabemos que los clasistas despecian a los que menos tienen a los pobres y a los negros que dicho sea de paso son la mayoría de la población y que además no tienen representación en el congreso. No existe ni un solo congresista negro en Brasil.

Tampoco esto alcanza para hablar de la desigualdad a la que se enfrentó Lula y equilibrar la balanza no es tarea fácil cuando lo que pesa es el peso del dinero, elemento de adoración incluso para los pobres, tal vez ese sea el mayor impedimento, porque le es imperdonable que haya sacado de la pobreza a 30 millones de personas, imperdonable que sea un presidente sin título universitario pero que además haya fomentado la educación en el país de los pobres.

Es que los ricos, los adinerados no perdonan, que la torta se reparta entre más personas, no hay que demostrar que los dueños del mundo usaron todos los medios a su disposición para detener a “los Lulas” que quieran tomar el poder democrático, no el que les quite derecho, sino, el que le otorgue derecho a las masas.

Así son y lograron sin justificativos penales que Dilma fuera destituida en un proceso lleno de opiniones que sólo tenían que ver con la necesidad de mantener el establishment brasilero, porque de seguir el proceso y con una posible reelección de Lula da Silva, se verían afectados los intereses económicos de la clase dominante.

Hoy con condena de los medios de comunicación, amenaza del ejercito y con un fallo judicial que se encuentra lejos de la verdad, porque no existe en el proceso más que la idea de que deba estar preso, esa idea se plasmó a través de juez Sergio Moro.

No perdonan que Lula haya sido el presidente de origen humilde, obrero metalúrgico y sindicalista que inclinó la balanza, lo poco que pudo, en favor de los pobres.

En resumen Lula es un mal ejemplo y hay que impedir que se reproduzcan los malos ejemplos ya que abandonó la presidencia con una gran popularidad, tanto en Brasil, con más de un 80% de aprobación, como en el resto del mundo.

*Estimaciones del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE)

Mensaje de Lula 

Lula, la mano izquierda de Dios

Mis amigos, mis amigas:

He pensado mucho sobre el camino que nuestras vidas han tomado. El futuro, al fin y al cabo, no parece ser un lugar tan lejano, no es así? No es que nuestra vida haya sido fácil... Lejos de eso.

Sentimos en la piel lo que pasa un pueblo olvidado, pero sabemos que ninguna carga es tan pesada que no se pueda llevar.

Quien sobrevive después de pasar por tanta dificultad aprende, desde temprano, que el honor es nuestro bien más valioso.

A lo largo del camino, conocí a mucha gente que sólo necesitaba una oportunidad para caminar con sus propias piernas y construir con dignidad la propia vida.

Fue esa idea de un Brasil más justo, que llenó nuestros mejores y más generosos sueños.

Un país sin hambre, con escuela, casa y empleo para todos. Miro hacia atrás y veo que podríamos haber hecho más. Siempre es posible hacer más. Pero las oportunidades que creamos en un país tan desigual e injusto parecen aún mayores en los días difíciles de hoy.

Yo ya fui preso una vez, mi vida fue saqueada, mi familia fue perseguida y perdí a mi eterna compañera... No tengo miedo de lo que está por venir.

Mientras me quede al menos un minuto de vida, ese minuto va a ser para luchar por la dignidad de nuestro pueblo. Y defender nuestro honor.

El honor del niño que cruzó el país para vencer el hambre y se convirtió en lustrabotas. Del adolescente que se convirtió en un joven obrero. Del hombre que se hizo padre y luchó con todas las fuerzas para representar al pueblo brasileño.

En las tardes de incertidumbre de mi juventud nunca imaginé que fuera posible. Pero lo fue. Me convertí en el presidente del pueblo brasileño.

Quien me condenó sin pruebas sabe que soy inocente y que gobierne con honestidad.

Los que nos persiguen pueden hacer lo que quieran conmigo, pero jamás podrán aprisionar nuestros sueños.

Un gran beso, con mucho cariño, del compañero Lula.


Apoya económicamente con EL CORREO GRÁFICO
Si te gusta lo que hacemos, te pedimos que nos ayudes a avanzar ejerciendo nuestro servicio periodístico con la mayor independencia y objetividad posible por medio de una colaboración económica. Ingresá en matecito.co/elcorreografico o cafecito.app/elcorreografico

DecoPrimeraJunta Cortinas Roller 1