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3° Sección Análisis - Opinión Berisso Destacadas Política

¿Alimentos para Berisso a cambio de favores presuntuosos?

Una noche a principios de mayo en  donde ocurrió la supuesta cena en un chalet de Los Talas con funcionarios y militantes de la actual gestión de Fabián Cagliardi, uno de los concurrentes debería hacer estado en el Gimnasio Municipal al cuidado de la mercadería paupérrima que entrega por medio de Sistema Alimentario Escolar (SAE) y otros programas de Desarrollo Social que se embolsan en bolsas de consorcios color azul.

Esa misma noche, según se rumorea dentro del municipio, habría desaparecido una cantidad importante de alimentos destinados a chicos escolarizados de la ciudad de Berisso. De ser cierto este rumor, muchos interrogantes surgen a razón de acciones y declaraciones de distintos actores que hoy conducen la ciudad de Berisso.

El primero en mencionar es que al principio de la pandemia del coronavirus COVID-19 y del aislamiento social preventivo obligatorio (ASPO), el empresario ligado a la obras públicas del kirchnerismo y del gobierno de Cambiemos devenido en intendente, Fabián Cagliardi, declaró haber comprado alimentos por un valor de unos 30 millones de pesos hasta principios de mayo de este año. Si esto es así ¿por qué compró mercadería ya que recibiría del gobierno nacional y provincial por intermedio de distintos programas asistenciales dichos productos para ser distribuidos “equitativamente” en la población?

Otra duda es, si una persona millonaria lo donaría, lo haría por intermedio de fundaciones u ONG para desgravar impuestos al fisco o por alguna motivación socio-política. Pero las dudas está que cuando uno es empresario y está como funcionario público y está acostumbrado a proveer al estado, lo que hace es un negocio, sea de servicios o insumos materiales, y lo harías sería como un “préstamo” o “consignación” al cabo de recibir una paga a futuro.

Siendo que fuese así, lo que podría haber pasado por el faltante de mercadería del SAE es que se halla “reintegrado” los servicios prestados por los alimentos anteriormente comprados. No se sabe, es sólo una hipótesis.

El segundo razonamiento es más político, pero no menos descabellado de contar si hubiere sido así. Es que la pandemia ha hecho algo que ni en los cuatros años de Cambiemos ha crecido tanto, que es el surgimiento del aumento de los comedores comunitarios y copas de leche, que en plena pandemia los militantes con la excusa voluntariosa de “ayudar a paliar la situación” irracionalmente  aumentaron en distintos puntos armando cocinas “multitudinarias” en donde integrantes políticos se fotografían dando de comer a personas de bajos recursos que en su mayoría el estado Nacional y Provincial estaría ayudando con distintos planes alimentarios y económicos para pasar el ASPO a causa de coronavirus.

De ser cierto esta última, no se podría comprobar, más que ver abundantes fotos y videos en las redes sociales. O lo que es peor, donde ciertos partidarios alineados al kirchnerismo se ven vender mercadería en “barrios populares” a “precios populares”. Pero esto ya tiene otra metodología y donde no se sabe si hay un control sanitario y bromatológico del origen de los productos que se comercializan con los pobres. Hace unos días fue interceptado en la circunvalación 72 de La Plata un camión cargado de cebollas sin ningún permiso sanitario que posiblemente iría a un sector militante que venden verduras.

Será un misterio o nunca contarán si esto es cierto, más allá que saldrán a desmentirlo en distintos medios afines o llamarse a silencio de ser cierto. Lo que se plantea es un supuesto que no se puede corroborar con la realidad y de serlo así hoy corre en boca de muchos berissenses.

La demagogia no sólo era producto del gobierno anterior de Cambiemos, ha estado desde que el mundo es gobernado por humanos. Y como el errar es de humanos lo mismo pasó con la mercadería del SAE en la gestión de Fabián Cagliardi, más allá de los supuestos que se cuentan.

Lo que son ciertas son las quejas de madres y padres junto a docentes y directivos escolares sobre la entrega miserable de alimentos que realiza el Consejo Escolar. Basta decir que es de una calidad muy inferior a la del mercado y se compra a precios máximos.

A modo de ejemplo, en la gestión de Jorge Nedela, el gobierno provincial de María Eugenia Vidal, contenía el bolsón de Desarrollo Social entre 12 a 16 productos sumado a los kilos de leche en polvo para la alimentación por cada chico, por otro lado destinaba los fondos del SAE que el municipio compraba según el menú estándar estipulado se entregaba en las escuela dependiendo del cupo de alumnos designados.

Hoy el estado municipal, con la mega ayuda del gobierno de Axel Kicillof y del presidente Alberto Fernández, hace una compra general en lo que deriva una parte en el asistencialismo de Desarrollo Social y otra recae en el SAE manejado junto al Consejo Escolar, y que apenas llegan a los 10 productos en cada bolsón azul del SAE.

No es de pensar que parte de esa mercadería habría ido a parar a las pastafloras que de la noche a la mañana se hizo en una “cocina popular” de un barrio histórico de la ciudad o que la quejas de los mismo militantes del Frente de Todos se elevaran en las redes por la mala calidad de los alimentos. ¿Dónde estarán los kilos de dulce de batata o membrillo de los bolsones azules? ¿No alcanzó para comprar esas raciones de mejor calidad?

Hoy desde que comenzó el aislamiento, Cagliardi asegura que gasta 1,8 millones de pesos por día tan sólo en mercadería, de ser así el Estado Municipal en 3 meses lleva gastado cerca de 162 millones y si continúa hasta fin de año el ASPO, se incrementaría tan sólo estos número  una deuda similar a la que dejó la gestión de Nedela en el último año.

Para culminar, esto es sólo una especulación que surgió dentro del seno de la actual gestión. Lo que sí se sabe que desde fuentes del gobierno provincial, un área  que Kicillof creó para controlar y hacer relevamiento diario en qué gastan los fondos las 135 municipalidades, y preocuparía saber que unos de lo que está “flojo de comprobantes” es el municipio de Berisso. Habría que considerar si al empresario les sumaron la deuda de los últimos 20 años o valla a saber dónde se extraviaron las boletas.


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