A Cristina Kirchner no le alcanza para ganar, pero es la única que mide.
(Por Nicolás Alberio) A pesar de los múltiples intentos del kirchnerismo por intentar vaciar la primera reunión importante del nuevo PJ Bonaerense convocada por Gustavo Menéndez y Fernando Gray, un nutrido grupo de dirigentes peronistas concurrieron hasta Costa del Este para endurecer su postura frente al gobierno de Macri y de Vidal.
Las primeras dos grandes sorpresas provinieron del sindicalismo. Pablo Moyano de Camioneros y Roberto Baradel de SUTEBA, de quien se desconoce su afiliación al PJ, dijeron presente y enviaron un claro mensaje opositor a Casa Rosada y a la gobernación provincial, respectivamente.
La radicalización del discurso se manifestó a través de breves declaraciones que se pueden leer en un comunicado que redactaron: “Quienes gobiernan están en las antípodas de los valores justicialistas. Tienen derecho y legitimidad democrática. Somos profundamente respetuosos de la voluntad popular. Pero no somos ni seremos lo mismo. Creemos que es momento de empezar a construir un nuevo camino. De construir una esperanza”.
Pero en realidad, el peronismo está discutiendo internamente cómo hace para poder volver a ganar elecciones después de tres derrotas consecutivas. El problema central reside en la obstinada soberbia que envuelve a los dirigentes de mayor peso bajo el lema “yo armo pero encabezo, sino no armo”. Allí se encuentra el kirchnerismo, como así también, muchos referentes que se autodenominan como peronistas a secas.
Previo al encuentro, Verónica Magario y Fernando Espinoza intentaron por todos los medios vaciar la cumbre de Costa del Este, pero sólo faltaron el ex titular del Partido, junto a la intendenta de La Matanza y sus pares, Mario Secco (Ensenada) y Francisco Durañona (Areco).
En tanto, acudieron a la primera cita del año el Secretario Gremial de la CGT, Pablo Moyano, los jefes comunales, Gustavo Barrera (Gesell); Santiago Maggiotti (Navarro); Walter Festa (Moreno), Hernán Ralinqueo (25 de Mayo); Marisa Fassi (Cañuelas); Leo Nardini (Malvinas); Alberto Descalzo (Ituzaingó); Juan Zabaleta (Hurlingham); además de los legisladores bonaerenses, Sergio Berni, Federico Otermín (responde a Martín Insaurralde); Juan Manuel Cheppi entre otros.
Estos meses serán decisivos para el PJ Bonaerense que busca poder presentar una propuesta con chanches de cara a 2019. Aún le resta resolver qué hacer con el kirchnerismo, etapa política que el resto del país ya resolvió con el desplazamiento o la absorción en las propias estructuras provinciales.
Sin embargo, la madre de todas las batallas, por más trillado que suene, sigue siendo la Provincia de Buenos Aires. Allí Cristina Kirchner aún conserva un núcleo duro de votantes, que si bien no le permite alzarse con la victoria, eclipsa la posibilidad de que surja otro dirigente desde las canteras.
La vieja tradición justicialista que indica que el que pierde es corrido por el mismo Movimiento no sucede, por las propias características de la conducción de la ex mandataria y, principalmente, por la escasa astucia de los dirigentes que buscan encabezar sin tener un caudal de votos que los acompañen.
