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Enrique Slezack esquivando juicio por peculado con certificado médico

Ex intendente Enrique Slezack evita juicio por peculado con certificado médico. Demoras judiciales y maniobras sospechosas.


Enrique Slezack, ex intendente de Berisso y figura política de renombre en la región, ha vuelto a evadir la justicia utilizando un ardid que ha dejado perplejos a muchos.

Con un certificado médico en mano, ha logrado postergar su juicio por peculado, sumiendo así a la ciudadanía en la incertidumbre y a las causas penales en un limbo judicial interminable.

Un juicio pospuesto por una “gambeta” legal

Después de más de una década desde que se inició la causa en su contra, Enrique Slezack, ex intendente de Berisso y figura política identificada con el kirchnerismo, enfrenta acusaciones graves de peculado. Sin embargo, cuando parecía que finalmente se acercaba el día de enfrentar la justicia, una artimaña legal detuvo el proceso una vez más.

Slezack fue denunciado el 8 de marzo del año 2013. La extraña y excesiva demora judicial habitual en las causas que pesan sobre políticos, sumados a los casi dos años sin juicios orales a causa de la pandemia (2020/22), dejaron arrumbado el expediente en algún anaquel del fuero penal de La Plata.

El juicio oral y público, que estaba programado para comenzar el pasado 30 de mayo, fue abruptamente pospuesto debido a un supuesto problema de salud del acusado. Según fuentes judiciales consultadas por el portal Borderperiodismo, Slezack presentó un certificado médico en el último momento, alegando padecer de “Gripe A” y recomendándosele 72 horas de reposo y aislamiento.

Demoras inexplicables y maniobras dilatoriasEnrique SlezackEnrique Slezack esquivando juicio por peculado con certificado médico

La causa está radicada en el Tribunal Oral Criminal I de La Plata. La acusación está en manos del fiscal Jorge Paolini. La demora en el inicio del juicio no solo deja en evidencia las maniobras dilatorias de la defensa de Slezack, sino que también resalta las fallas estructurales del sistema judicial argentino.

Con más de once años desde que se inició la causa en su contra, la ciudadanía se pregunta cuánto tiempo más deberá esperar para verlo enfrentar las consecuencias de sus presuntos actos delictivos.

Las excusas presentadas por Slezack y su equipo legal parecen ser simplemente un intento desesperado por esquivar la justicia y evitar rendir cuentas por sus acciones. Mientras tanto, las causas penales se acumulan en los tribunales, muchas de ellas olvidadas o postergadas indefinidamente, dejando a las víctimas en la desesperación y a los acusados en la impunidad.

La gravedad del delito de peculado

El delito de peculado, tipificado en el artículo 261 del Código Penal argentino, es uno de los más graves que puede cometer un funcionario público. Implica la sustracción de caudales o efectos que han sido confiados a la administración de dicho funcionario, así como el aprovechamiento personal de recursos públicos en provecho propio o de terceros.

Según la ley, aquellos que sean hallados culpables de peculado pueden enfrentar penas de reclusión o prisión de dos a diez años, además de la inhabilitación absoluta perpetua para ejercer cargos públicos. Es un delito que socava la confianza de la ciudadanía en sus representantes políticos y que debe ser castigado con todo el peso de la ley.

Enrique Slezack:  un político en el ojo del huracán

Enrique Slezack, conocido también como “Quique”, ha sido una figura controvertida en la política de Berisso durante años. Su ascendencia en el kirchnerismo local lo llevó a ocupar el cargo de intendente entre 2003 y 2015, período en el cual su gestión estuvo marcada por polémicas y acusaciones de corrupción.

A pesar de haber iniciado su carrera política como un “kirchnerista paladar negro”, Slezack ha sabido adaptarse a los vaivenes del poder, aliándose en distintos momentos con figuras como Daniel Scioli y Florencio Randazzo. Sin embargo, su trayectoria se ve empañada por las sombras de la corrupción y la impunidad, que parecen seguir persiguiéndolo incluso después de dejar el cargo.

Una justicia lenta y complaciente

El caso de Enrique Slezack es solo un ejemplo más de la lentitud y la ineficacia del sistema judicial argentino, que permite a políticos corruptos eludir la justicia durante años, si no décadas. Mientras tanto, la ciudadanía sigue esperando respuestas y justicia, viendo cómo los responsables de sus males continúan gozando de impunidad y privilegios.

Es hora de que las autoridades tomen medidas concretas para agilizar los procesos judiciales y garantizar que aquellos que abusan del poder sean llevados ante la justicia sin demoras ni excusas. La sociedad argentina merece un sistema judicial transparente y eficiente, que esté al servicio del pueblo y no de los intereses de unos pocos.


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