Bomberos de Berisso informaron que el incendio se produjo alrededor de las 7 de la mañana, en la escuela 3 y secundaria 7, ubicada en la esquina de las calles 16 y 165, de la Ciudad de Berisso, según los dichos de los propios peritos, el fuego, que fue combatido por dos dotaciones de bomberos, destruyó completamente la biblioteca y habría sido provocado intencionalmente.
En horas de la mañana, directivos, funcionarios públicos del orden local y provincial, más toda la comunidad educativa de la región se acercó al establecimiento para brindar su apoyo. En ese marco, distintas propuestas fueron surgiendo durante la jornada para colaborar con la institución, especialmente con la parte de biblioteca, que fue la más perjudicada.
¿Pero se podría haber evitado este hecho?, el día anterior al incendio, directivos de la Escuela Numero 3, denunciaron ante la policía local, que encontraron en el edificio un bidón con combustible y un sector del edificio regado con este liquido. De este modo, más que un indicio, lo que habrían dejado los delincuentes es una advertencia. Cualquiera que lea esta nota podría pensar que ante esta situación, lo más razonable, hubiera sido poner un móvil o una guardia policial en horas de la noche, para evitar que el siniestro se concrete.
Pero esto no ocurrió, lo lógico en seguridad se vuelve imposible. Según fuentes policiales, los medios y recursos de la policía local serian tan escasos que una guardia de este modo es imposible, “es una manta corta si cubrimos un lado, dejamos liberado otro…” aseguro un miembro de la comisaria primera de la Ciudad.
Las escuela de la región vienen siendo objeto de destrucción por parte de los delincuentes, desde algunos sectores políticos ven esta seguidilla de hechos como algo más que una casualidad, “no se roban nada, están apuntando a sectores que después son noticias…”, analizaba un hombre del PRO local.
Lo cierto es que con intención o sin intención, la cuestión de seguridad es el punto de inicio para terminar con esta modalidad que apunta al sector educativo, ya que no solo son estas dos escuelas incendiadas, sino también los robos, casi cotidianos, a escuelas y jardines que en este último tiempo se han multiplicado en la región.
