La caravana carrera llevada adelante por el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) y la Federación Argentina de Cartoneros y Recicladores (FACyR) sorprendió el viernes pasado a los funcionarios de la municipalidad de La Plata, quienes recibieron a delegados carreros y establecieron una mesa de diálogo para el martes próximo. El reclamo principal refiere al convenio firmado por el municipio local con la empresa privada Esur, que se hará cargo de la recolección de residuos en toda la capital bonaerense quitándole el trabajo a miles de personas.
A las 10.30 de la mañana, Pastor y Porki pasan en sus carros por la plaza España (7 y66), ya que la convocatoria a la caravana carrera es a las 11 en plaza Moreno. Fáciles de distinguir debido a la clásica gorra de River del carrero de Villa Montoro, y a la infaltable bandera argentina que lleva Porki, de Altos de San Lorenzo, en su carro.
Al llegar los espera una carpa azul, donde se desarrolla un plenario de la CTEP Seccional La Plata. Allí se encuentran presentes la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT), el Movimiento Evita y el MTE, entre otras organizaciones. “La CTEP está haciendo un trabajo espectacular, en el que los carreros estamos integrados”, cuenta Víctor, referente de La Unión.
Pero la caravana que se pensaba desarrollar no fue tal: a las 12 del mediodía se recibió la noticia de que Don Ávalos, de barrio Malvinas, había sido chocado por una automovilista y querían llevar su caballo a la comisaría. No tuvieron que pasar más de cinco minutos para que la consigna “si nos tocan a uno, nos tocan a todos”, se haga realidad en la práctica. Un comité de diez carreros y carreras salieron al lugar del hecho, en 19 y 44, y luego a la comisaría 5º de la ciudad de La Plata.
La caravana que no fue, tal como se pensaba, alrededor de la plaza Moreno, fue la de la solidaridad y el compañerismo entre carreros. Una fila de carros transitaba por diagonal 73 en dirección al Palacio Municipal a continuar su intervención, y el infaltable Don Ávalos manejaba su carro en la retaguardia, esquivando algún que otro bocinazo de automovilistas en apuros. Por su parte, Porki, que se quedó a cargo de algunas familias en las puertas del municipio, declaró: “La caravana nos sirve para tener una respuesta concreta del municipio, ya que hace más de 50 años que trabajamos en la calle y es tiempo de que lo hagamos con todos los derechos que merecemos”.
Finalizada la caravana solidaria, los carreros se reúnieron en la puerta del municipio y algunos delegados ingresaron a la reunión con el presidente del Concejo Deliberante, Fernando Ponce, quién fechó para el martes próximo una mesa de diálogo con todas las áreas que competen al trabajo de los carreros.
Antonela Salvato, del MTE, leyó un fragmento de la carta que el sindicato elevó al municipio: “Exigimos avanzar con el relevamiento que necesitamos para implementar la política pública que queremos: poder trabajar y que sean reconocidos nuestros derechos como trabajadores”.
Mientras los carreros esperaban la salida de sus delegados del municipio, trabajadores y trabajadoras despedidas de las cooperativas Ciudad Limpia, comenzaron un piquete en calle 12 para reclamar por los puestos de trabajo.
Entre el humo del piquete, y un reclamo popular simultáneo, Salvato contó que Ponce no se hizo cargo de los anuncios que se hicieron en torno a la recolección de basura. “Dice que las cooperativas van a seguir trabajando pero hoy están reclamando al igual que nosotros”, explicó.
El caballo es de la familia
“El municipio dice que quieren solucionar el conflicto, pero mientras tanto a nosotros nos secuestran los caballos, y no recibimos nada a cambio. Por eso el convenio con Esur va a ser el motivo para pelear en las calles por nuestro trabajo y por los derechos que nos corresponden”, expresó Víctor, referente de La Unión, en la puesta en común de la reunión con el presidente del Concejo Deliberante.
La situación del secuestro de equinos en la vía pública, tal como dicen los carreros, no es nada nuevo. La ONG Caballos en Libertad, cuya presidenta es Lucila Laverne, “es quien ordena que se nos persiga para secuestrarnos los caballos”, indicó Daniel, trabajador urbano de Villa Montoro.
Según la descripción en su fan page, la ONG se dedica al ‘rescate equino en situaciones de maltrato y abandono’. Es decir, en ningún momento explica que se encarga de denunciar a los carreros que transitan la ciudad en busca de material reciclable. De hecho, también se dedica a incumplir lo que ordena la justicia. La yegua de Jonathan, de barrio San Carlos, está judicializada desde finales de octubre del año 2015: “Tengo la orden del fiscal Garganta y la de un juez para que me la devuelvan, pero la señora Lucila Laverne no lo quiere hacer, por más que lo dicte la justicia”.
Contradicciones en la función pública
“Ponce quiere eliminar la actividad, no quiere ver cartoneros en la calle, la discusión ya no es caballo sí, o caballo no. Lo lamentable es que no dan ninguna alternativa para la gente que ellos quieren borrar del casco urbano”, explicó Rodrigo Bernales, integrante del MTE La Plata.
Desde Control Urbano y la dirección de Protección Animal se llamó al sindicato de cartoneros para armar un censo, registrar el trabajo y reconocer definitivamente como trabajadores a los recicladores urbanos de la ciudad. ”Mientras tanto, hay otra parte de la municipalidad que arregla con (la empresa privada) Esur para entregarles el servicio de limpieza en la ciudad”, agregó Bernales.
El próximo martes habrá una mesa de negociación con Ponce, la Secretaría de Ambiente y Residuos Urbanos, entre otras áreas, para ver donde entran las familias que se van a quedar sin trabajo a partir del negocio privado de la recolección de basura. Según afirman desde la FACyR, la respuesta del municipio fue que Esur se va a llevar sólo los residuos ‘no habituables’, es decir, cascotes, ramas, hojas, trabajo que llevaban adelante las cooperativas del municipio, por lo que, a fin de cuentas, habrá gente sin trabajo y sin comida en el municipio PRO de Julio Garro.
Marcos Lede Mendoza, desde La Plata – fuente La Nota
