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La UTN aprobó un protocolo contra la discriminación y violencia de género

Contempla la creación de órganos de aplicación en el Rectorado y en todas sus Unidades Académicas.

El Consejo Superior de la Universidad Tecnológica Nacional aprobó el jueves 28 de junio un protocolo de acción institucional para la prevención e intervención ante situaciones de violencia o discriminación de género u orientación sexual.

La ordenanza insta asimismo al Rectorado y a todas las Unidades Académicas de la Universidad a crear los correspondientes órganos de aplicación. Estos órganos deberán ser coordinados por un referente formado en la materia, que será acompañado por un Consejo Asesor.

“El proyecto fue propuesto el año pasado desde la UTN Buenos Aires, -comentó la Ing. Julieta Martino, consejera estudiantil que presentó la iniciativa en el Consejo Superior-. La intención fue circular la propuesta, hacerle las modificaciones y los ajustes necesarios, y lograr el consenso de las demás Facultades y de las fuerzas políticas para que este proyecto sea verdaderamente representativo”.

Martino precisó además que “hasta ahora las distintas Facultades fueron haciendo esfuerzos propios ante situaciones de violencia o discriminación por cuestiones de género y orientación sexual; algunas crearon comisiones o protocolos, pero no había un criterio unificado de cómo proceder ante algunos casos”. Y agregó que “en muchas ocasiones, y no por falta de buena voluntad, sino por ignorancia, resultaba que no se tomaban bien las denuncias, se revictimizaba a la persona, o no se respetaban cuestiones como voluntad o confidencialidad”.

Para reparar este tipo de situaciones, la ordenanza define que la Universidad deberá colaborar con la conformación y capacitación de estos órganos de aplicación, a partir de la creación de un Área de Género en Rectorado que capacite, promueva y asesore a las Unidades Académicas, y que también sea capaz de articular programas regionales de prevención y formación.

Esta iniciativa tiene como objetivo promover y garantizar un ambiente universitario libre de violencia y discriminación por razones de género, identidad u orientación sexual. Prevé la creación de un registro de denuncias (inexistente a la fecha) y la realización de actividades de promoción y prevención de delitos sexuales y actos de discriminación por orientación sexual. También se estipulan medidas sancionatorias a cargo de un órgano sumariante.

Esta disposición alcanza tanto a los integrantes de la comunidad universitaria (docentes, estudiantes, nodocentes, funcionarios), como a personas que, en nombre de la Universidad, desarrollen tareas en otros ámbitos o instituciones. También contempla a organizaciones y empresas que se vinculen con la Universidad, o que desarrollen su actividad en el ámbito de la Universidad.

Se podrán denunciar delitos contra la identidad sexual, enmarcado en lo que se conoce como abuso sexual; hechos de violencia sexual que configuren formas de acoso sexual (todo hostigamiento o asedio que tenga por fin inducir a otra persona a acceder a requerimientos sexuales no deseados o no consentidos); y hechos de connotación sexista, como conductas o comentarios que discriminen, excluyan, subordinen o estereotipen a las personas por razón de género, identidad u orientación sexual.

“Si bien no contamos con datos estadísticos, sabemos de muchísimas situaciones que han pasado algunas compañeras a las que algún docente hostigó al decirle que por su condición de mujer no tendría que estar allí cursando una carrera como Ingeniería, -explicó Martino-. Esta Facultad tuvo un componente mayoritario de hombres durante muchísimo tiempo, y hoy, que cada vez más mujeres estudian Ingeniería, comentarios semejantes son cada vez más repudiados”.

La UTN es la única Universidad federal, especializada en la enseñanza de la Ingeniería; cuenta con 30 Facultades Regionales distribuidas a lo largo de todo el país, con el objetivo de brindar formación que atienda las necesidades productivas y la estructura económica de cada región.

La gestación del proyecto

El redactor del proyecto fue el estudiante Gabriel Hagenbuch, consejero estudiantil y militante de Franja Morada Tecnológica, quien aseguró que la iniciativa  “surge de un proceso de maduración e involucramiento; el primer caso que me tocó intervenir fue el de una alumna hostigada por un docente, con comentarios sexistas y discriminatorios.  En ese momento empecé a ver varias falencias en ese proceso, una de las cosas es que no había un área especializada en manejar este tipo de casos”.

Hagenbuch se enteró de otros casos y comenzó a investigar: “Me contacté con la FUA y me compartieron los protocolos de las universidades de Rosario, Córdoba y de Buenos Aires. Empecé a trabajar adecuando esos protocolos a la realidad que vive la UTNBA que es bastante particular”.

El consejero recibió ayuda de la Lic. Natalia Parrondo, referente del Área Social de la Facultad, e impulsora del Comité de Género de la UTN Buenos Aires. “Sumamos a otros militantes, a víctimas, y armamos un primer borrador que presentamos al Decano, Ing. Guillermo Oliveto, quien estuvo de acuerdo y apoyó la presentación en Consejo Superior”, explicó Hagenbuch. También recibieron apoyo y consejo de la Ing. Vanina Bottini, Secretaria de Planeamiento y Gestión de Procesos de la Facultad, y de la Lic. Patricia Cibeira, Secretaria de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la UTNBA.


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