Una serie de errores y cálculos políticos mal hechos lo dejaron muy expuesto.
(Por Nicolás Alberio) No es la primera medida antipopular que adopta el gobierno de Cambiemos desde que asumió en 2015. La devaluación, los tarifazos, la caída del consumo, el cierre de las paritarias por debajo de la inflación, el incremento constante del precio de las naftas, fueron surfeadas uno a uno con éxito por el gobierno de Macri. Pero, qué cambió ahora. La respuesta es clara, la ciudadanía de forma mayoritaria rechaza que la variable de ajuste siempre sean los jubilados.
La Reforma Previsional, negada en múltiples ocasiones durante la campaña, se ha convertido, de buenas a primeras, en la base indispensable para el gobierno de Macri, pero la búsqueda de consensos para lograr su aprobación sólo recibió apoyos en los gobernadores, en pequeños sectores del sindicalismo y en las corporaciones empresarias. Allí reside el primer error del oficialismo.
La actualización de las tarifas de los servicios públicos, por sólo citar un ejemplo, lograron ser percibidas por la sociedad como una situación inexorable. “Que querés, no podíamos pagar 50 pesos de luz” se decía en la calle. La medida afectó la economía doméstica, pero era entendida como un esfuerzo que se debía afrontar, tras años de no modificarse las tarifas.
Pero, en lo que concierne a los jubilados, el consenso ciudadano nunca se alcanzó. Una buena parte de la sociedad no comprende porque la variable de ajuste deben ser siempre los jubilados. No logran entender por qué se deben reducir los sueldos de los más viejos, como en los noventa, como en el 2001, como una y otra vez en la historia argentina.
Por otro lado, cada proceso político es utilizado por uno u otro lado de la denominada grieta.
Así se ve, como sectores que responden a la ex mandataria y ahora senadora nacional Cristina Kirchner se infiltran en un reclamo legítimo, a la vez que se envalentonan como los acérrimos defensores de los jubilados, cuando fue la principal referente de Unidad Ciudadana, quien con su lapicera, vetó el 82% móvil aprobado años atrás por el Congreso Nacional.
Las resistencias a la Reforma Previsional, la intención de llevar agua para el propio molino y la imposibilidad de lograr consensos hicieron eclosión el jueves en las puertas del Parlamento, y allí el gobierno dispuso una fuerte represión a manos de la Gendarmería que terminó con ciudadanos, legisladores y hasta trabajadores de prensa lastimados. Segundo error del gobierno.
Ante la imposibilidad de lograr que la Reforma Previsional sea aprobada en Diputados (ya fue acompañada por el Senado), comenzó a trascender que el Presidente Macri había tomado la decisión de sacar la medida por Decreto de Necesidad y Urgencia. Pero Carrió, que en grandes ocasiones le genera dolores de cabeza al oficialismo, salvó al gobierno nacional de cometer el tercer error, al publicar en su cuenta de twitter que un “DNU violaría gravemente la Constitución Nacional”.
De este modo, como en los cuentos de Borges, la sociedad se encuentra dentro de un laberinto del que no puede salir. Camina para un lado y para el otro, pero no localiza la salida. El gobierno deberá barajar y dar de vuelta, e intentar explicar por qué es necesario recortarle una vez el sueldo a los jubilados en vez de financiar el déficit con el juego, la renta financiera, las mineras, etc. El bono por única vez logra el apoyo de los gobernadores a la medida, sin embargo, para la ciudadanía aún resulta insuficiente.
