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Millonarias campañas de gobernadores, legisladores e intendentes, fuera de la ley

Scioli, Massa, Randazzo, Insaurralde y Mussi, entre otros, se destacan por los ingentes recursos que ya destinan a sus campañas de posicionamiento. Los delitos cometidos y los por cometer.

En la medida en que se acercan las cruciales elecciones presidenciales de octubre del año próximo, la oposición (la mediática y la política) denuncia al oficialismo por decenas de actos de corrupción en la administración del Estado. Una precampaña electoral de posicionamiento de candidatos, que incluye a gobernadores, legisladores e intendentes en ejercicio que aspiran a diversos cargos, ha puesto sobre el tapete la cuestión del financiamiento de la actividad política.

Las estimaciones del gasto de algunos de esos precandidatos dispararon investigaciones periodísticas y el partido Socialista presentó, el pasado 18 de noviembre, una denuncia en el juzgado de María Romilda Servini de Cubría, encargada del control de las elecciones en el distrito capitalino.

A la vista está que se estaría violando la ley electoral y también la de financiamiento de los partidos, esto sin mencionar que podrían estarse cometiendo delitos contra administraciones públicas provinciales y comunales. O hasta el de dádivas, por el que ya existen resonantes investigaciones contra el vicepresidente Amado Boudou y el ex secretario de Transporte Ricardo Jaime.

El proselitismo en la vía pública es el objeto de esta investigación fotográfica de gacetamercantil.com, en la que puede verse una decena de gigantografías en los accesos Norte y Sur que dan pie, cuanto menos, a la sospecha de una serie de graves irregularidades con costos millonarios, tanto blancos (aunque disfrazados) como negros.

El gobernador bonaerense y precandidato (K?) a la presidencia, Daniel Scioli, cuenta con dos tipos de publicidades: las estatales que dan cuenta de las obras de su gobierno con el slogan Buenos Aires activa; y las enteramente proselitistas bajo el lema Scioli 2015, más otras donde solo se lee la palabra “Presidente”, todas sobre fondos de color naranja. Desde la Provincia aseguran que las primeras se costean con el presupuesto de publicidad, que como el entero de la Administración pasó por la aprobación parlamentaria; y que las segundas son financiadas por las agrupaciones del peronismo que impulsan a Scioli.

El caso de Sergio Massa es distinto. El ex intendente de Tigre no cuenta con fondos del Estado para gastar en publicidad. Sin embargo, la cantidad y el tamaño de los carteles que ha distribuido, en particular en el Conurbano bonaerense, indican que, a poco más de un año de los comicios presidenciales el candidato del Frente Renovador ya dispone de aportes sustantivos. Cerca de él aseguran que no es así y recurren a la coartada de Scioli: Los candidatos de cada lugar y sus agrupaciones hacen los aportes, argumentan. Es cierto que hay una importante cantidad de avisos en los que Massa aparece abrazado o al lado de un candidato a intendente o a concejal, pero ninguno compite con los institucionales, esos en los que ahora el legislador nacional aparece mirando a un horizonte imaginario a la izquierda de un invocación a un país distinto. O los cientos en los que aparece junto a algo parecido a una ecuación: “+A15”.

Por otra parte, el sucesor de Massa en Tigre como intendente, Julio Zamora, parece haberse visto obligado a destinar parte (¿o todo?) el presupuesto publicitario de su comuna para acompañar a su protector. Todos los tigrenses aportan con sus impuestos, lo que a esta altura parece ser un detalle sin importancia.

Darío Giustozzi, el ex intendente de Almirante Brown que hace un año se sumó a Massa por la presunta promesa de que sería su candidato a gobernador, es otro de los protagonistas de la precampaña ilegal. Dicen sus gigantografías, entre otras generalidades: “Yo quiero que vivamos mejor”. Giustozzi muestra las mismas mañas que otros, pero no se cuida: sin fondos públicos a su alcance sería interesante escucharle decir de dónde provienen el dinero que ha gastado hasta ahora.

El ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo, quien asegura que será preprecandidato a Presidente en las PASO del oficialismo, comenzó a poblar las autopistas con una foto de una reciente inauguración de obras ferroviarias junto a Cristina en la que el letrero asegura: “El desafío es seguir transformado”. No hay en este caso agrupación que se haga cargo de la contratación de la cartelería.

El caso de Martín Insaurralde es atípico: su instalación mediática se debió, hasta el momento, a su paso por el programa de Marcelo Tinelli, “Showmatch”, en sucesivas visitas a su entonces novia, Jesica Cirio. El ahora nuevamente alcalde de Lomas necesitó gastar muy poco en vía pública gracias a esa megaexposición que le garantizó el aire en el ciclo de Canal 13.

El presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, es muy probable que cumpla con los requisitos legales: son muy pocos los avisos y todos tienen el pie de firma de su agrupación, el Movimiento San Martín.

La campaña de Patricio Mussi, el precandidato a gobernador bonaerense que promueve el ministro de Infraestructura, Julio De Vido, quedó expuesta en las últimas semanas: en el acceso Sur conviven carteles de Mussi 2015, que probablemente sean financiados por las agrupaciones, como afirman sciolistas y massistas, con otros en los que la cara del joven candidato se funde sobre un pie que admite su procedencia: son pagas por los contribuyentes de la Municipalidad de Berazategui.

Gaceta Mercantil



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