El Organismo provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS), autoridad ambiental bonaerense, presentó el primer inventario de este tipo, un estudio para identificar dentro del territorio provincial a aquellos sectores que más emisiones de dióxido de carbono (CO2) producen.
De la investigación surge que el sector energético es el principal emisor, con el 62 %, seguido del sector agrícola ganadero con el 23 % y el industrial con el 10 %. Del proyecto participaron profesionales de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM). Así mismo, el trabajo contó con el apoyo del Consejo Federal de Inversiones (CFI).
Estas cifras, que representan los datos más actualizados de su tipo en nuestro país, fueron presentadas el 1ro y 12 de marzo por el Organismo Provincial de Desarrollo Sostenible (OPDS) en el marco de un encuentro del que participaron funcionarios, científicos y técnicos de organismos provinciales que son autoridad de aplicación, y representantes de las distintas cámaras vinculadas a los grandes sectores emisores.
“Este trabajo es fundamental para nuestro territorio, ya que al poder identificar los principales emisores de CO2, también podremos aplicar estrategias elaboradas en conjunto que ayuden a reducir esas emisiones”, afirmó Rodrigo Aybar, titular del OPDS. “Este documento constituye el punto de partida para empezar a trabajar en la reducción efectiva”, agregó.
Aybar confirmó que ya están trabajando en medidas específicas en cada sector. “De esta manera, la Provincia hace su aporte para cumplir con los compromisos que asumió el país en la última Cumbre Climática de París”.
Argentina se comprometió a reducir en un 18 % para el año 2030 las emisiones de Dióxido de Carbono(CO2), el Metano (CH4) y el Óxido Nitroso (N2O). Para ello es necesario conocer las fuentes emisoras en cada región del país.
Los números bonaerenses
A diferencia de lo que ocurre en otras provincias, donde la actividad agrícola tiene una incidencia mayor, en la provincia de Buenos Aires el sector energético (que abarca tanto las centrales termoeléctricas como la quema de combustibles para el transporte y la calefacción) representa la principal fuente emisora de gases de efecto invernadero, con el 62% de participación. Le siguen la producción agrícola ganadera, con el 23%; los procesos industriales, con el 10% y la generación de residuos, con el 4%.
“Si bien es cierto que la principal fuente emisora dentro del sector energético es el consumo de gas natural en los hogares, esta categoría es seguida muy de cerca por el dióxido de carbono que produce la generación de energía eléctrica y el diesel para el transporte. En el caso del sector agropecuario, la primera fuente es el metano que producen las vacas”, explica Laura Dawidowski, investigadora del Grupo de Monitoreo Ambiental de la CNEA y una de las autoras del a investigación.
Estos datos, que responden por primera vez a metodologías homologadas a nivel internacional, le sigue un trabajo destinado a identificar las opciones tecnológicas para reducir emisiones, propiciando a su vez mejoras en los sistemas productivos y en eficiencia energética, que muchas veces significan también ahorro en gastos de energía para cada sector”, explican expertos en cambio climático del organismo provincial.
“La buena noticia es que el sector energético, donde tenemos la mayor parte de la emisiones en nuestra Provincia, es también el que permite mayor reducción –agrega Dawidowsky-. A diferencia de la actividad agrícola que implica procesos biológicos (como el rumen de las vacas) difíciles de modificar, en el terreno de la energía disponemos hoy de muchas alternativas como también de financiamiento internacional para los que estén dispuestos a enfrentar el desafío de la mitigación”.
Comparado con los resultados del inventario nacional, surgen particularidades, como por ejemplo, que las emisiones provenientes del sector industrial son proporcionalmente un 150% mayores que el inventario nacional, en el sector Energía son un 17% mayor, y por el contrario, en el sector agropecuario, un 38% menor.
