Vanesa Queyffer vuelve a la escena política para arremeter contra la gestión de Fabián Cagliardi y criticar al PJ de Berisso. ¿Es esto lo que el peronismo necesita?
Vanesa Queyffer ha reaparecido en el panorama político, y su regreso no ha sido nada discreto. En lugar de aportar soluciones constructivas, ha centrado su discurso en criticar sin fundamento la gestión de Fabián Cagliardi y la conducción del Partido Justicialista (PJ) de Berisso. Este enfoque negativo no solo polariza más a la comunidad, sino que también desvía la atención de los problemas reales que afectan a los ciudadanos.
Discurso lleno de humo y críticas
Desde su retorno, Vanesa Queyffer ha aprovechado cada oportunidad para descalificar la gestión de Cagliardi. En sus declaraciones más recientes, mencionó que «necesitamos un peronismo abierto, organizado y empático», una afirmación que, aunque suena positiva, está cargada de críticas implícitas hacia la administración actual. Sin embargo, sus ataques parecen carecer de sustancia y más bien reflejan un deseo de ganar protagonismo a costa de la unidad del partido.
Desorganización y falta de empatía
Queyffer acusa a la gestión actual de carecer de organización y empatía, pero no ofrece ninguna evidencia concreta para respaldar sus afirmaciones. En lugar de proponer iniciativas o proyectos que podrían mejorar la situación de Berisso, su discurso se centra en resaltar lo que, según ella, está mal. Esta actitud no solo es contraproducente, sino que también pone en riesgo la cohesión del partido y la moral de sus militantes.
Post año electoral para no recordar
El último año electoral ha sido desafiante para muchos, pero en lugar de unir esfuerzos para superar las dificultades, Vanesa Queyffer ha optado por la confrontación.
Tras su fallida y breve presentación para las elecciones 2023, desde haber jugado por el camaleónico Daniel Scioli, hoy secretario nacional de Turismo y Deporte del presidente libertario Javier Milei, hasta presentarse en las PASO por afuera del armado del PJ y del kirchnerismo con el Partido Todos por Buenos Aires, sello del rejunte de familiares de militares retirados, terroristas de estado como ex carapintadas que siempre batalla electoralmente en la provincia, y que remonta a la militancia de la familia Queyffer a finales de los ’90 en el MODIN de Aldo Rico.
Aunque en un comunicado alega que «retomamos la actividad política en un momento que, si bien no es electoral, es imperioso estar tomando posición». Sin embargo, sus acciones sugieren que su prioridad no es tomar posición por el bienestar de la comunidad, sino posicionarse a sí misma en el escenario político ya que en sus redes sociales se refleja más su narcisismo romantizado de la política.
La realidad de los barrios imaginarios que anda Queyffer
Queyffer sostiene que siempre ha «caminado los barrios», pero muchos en el Km0 del peronismo cuestionan la veracidad de esta afirmación. Mientras que ella se jacta de su presencia en la comunidad, hay quienes señalan que su participación ha sido esporádica y motivada por intereses personales más que por un genuino deseo de ayudar. Esta desconexión con la realidad de los barrios puede ser uno de los factores que contribuyen a la desconfianza hacia su figura.
La militancia y la función pública
Vanesa Queyffer enfatiza que la militancia en su Frente Berisso Va no se mueve por sueldo sino por vocación. Sin embargo, esta declaración se contradice con su constante búsqueda de protagonismo, y más ahora de no estar en ese espacio del poder, critica hacia aquellos que ocupan esos espacios en la función pública. En lugar de construir, parece más interesada en destruir, lo cual es un enfoque que muchos consideran dañino para la cohesión y efectividad del peronismo.
Un peronismo dividido= PEORnismo
El discurso de Queyffer ha contribuido a la que vea la desgatada fragmentación por dentro del peronismo en Berisso. En vez de promover el diálogo y la cooperación entre diferentes sectores, su retórica ha fomentado el egoísmo y la expulsión de aquellos que no comparten sus puntos de vista. Esta actitud divisiva es precisamente lo contrario de lo que el peronismo necesita en estos tiempos de crisis.
La importancia de la unidad en tiempos de crisis
En momentos de crisis, como los que atraviesa Berisso y el país en general, la unidad y la cooperación son esenciales. Las críticas destructivas y sin fundamento de Vanesa Queyffer solo agravan la situación, alejando la posibilidad de encontrar soluciones efectivas. Es imperativo que los líderes políticos se enfoquen en construir puentes y trabajar juntos por el bienestar de todos, en lugar de sembrar discordia.
La «Berisso Va» y viene con Queyffer
El retorno de Vanesa Queyffer a la política ha estado marcado por un enfoque negativo y destructivo. Sus críticas hacia la gestión de Fabián Cagliardi y el PJ de Berisso carecen de fundamento sólido y solo sirven para dividir y polarizar más a un partido político que se hunde al resurgimiento libertario.
En tiempos de crisis, lo que el peronismo y Berisso necesitan es unidad, cooperación y un enfoque constructivo para superar los desafíos. Es hora de que Queyffer reconsidere su enfoque y comience a aportar de manera positiva al bienestar de su comunidad.
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