La Alianza Argentina para la Igualdad y la Libertad Religiosa (ALIRA) ha emitido un comunicado en el que expresa su profunda preocupación por la detención de Nahuel Agustín Gallo, un gendarme argentino, en Venezuela.
El reverendo ortodoxo Gabriel Miraz Piczaka, presidente de ALIRA, destacó que esta situación representa una violación a los derechos humanos y a las libertades individuales. Gallo fue detenido de manera ilegal mientras se encontraba en el país para visitar a su familia, sin ninguna connotación política en su viaje.
Miraz Piczaka exigió que las organizaciones de derechos humanos en Argentina levanten su voz en defensa de Gallo, afirmando que «la voz de los derechos humanos es para todos, no es para justificar dictaduras de izquierda en América Latina». Además, la alianza se solidariza con la familia de Gallo y respalda las acciones del presidente argentino Javier Milei y la Cancillería Argentina en la búsqueda de su liberación.
Contexto de la detención
Nahuel Gallo, oriundo de Catamarca, se encontraba de licencia en el momento de su detención, que ocurrió en la frontera terrestre con Colombia. Según informes, fue acusado de espionaje y su paradero actual es desconocido. Las autoridades argentinas han denunciado que su teléfono fue confiscado y que fue trasladado en una camioneta por efectivos bolivarianos.
Gallo, de 30 años, es un apasionado del running y la fotografía, y ha compartido en sus redes sociales su amor por los viajes. Su familia ha expresado su angustia por la falta de información sobre su estado y ubicación. Su hermano, Kevin Gallo, relató que «lo sacaron del auto y se lo llevaron» y que «no sabemos dónde está, no tenemos noticias de él».
Reacciones del gobierno argentino
El gobierno de Javier Milei ha tomado medidas para gestionar la liberación de Gallo. El Ministerio de Seguridad, encabezado por Patricia Bullrich, notificó sobre la detención y solicitó la intervención de la Cancillería. En un comunicado conjunto, ambos organismos exigieron la liberación inmediata del gendarme, afirmando que «la Argentina actuará con toda firmeza en todas las instancias y ante todos los organismos internacionales».
Fuentes gubernamentales han indicado que Gallo se encuentra bajo la custodia de la Dirección General de Contrainteligencia Militar de Venezuela, un organismo que ha sido denunciado en múltiples ocasiones por violaciones a los derechos humanos, incluyendo torturas y persecuciones.
La situación en la embajada argentina en Caracas
La embajada argentina en Caracas, actualmente controlada por Brasil debido a las tensiones con el régimen de Maduro, alberga a seis opositores al gobierno venezolano. Estos asilados han denunciado que el Ejército venezolano corta los servicios básicos en la sede diplomática y han reportado la presencia de un francotirador en las cercanías.
Desde las elecciones presidenciales del 28 de julio, en las que Maduro se declaró ganador, la situación en Venezuela ha empeorado, con denuncias de fraude y represión a la oposición. Los asilados en la embajada son colaboradores cercanos de la líder opositora María Corina Machado y han estado bajo vigilancia constante desde que ingresaron a la sede diplomática.
Conclusiones
La detención de Nahuel Gallo ha generado una ola de preocupación tanto en Argentina como en la comunidad internacional. La respuesta del gobierno argentino y de organizaciones como ALIRA es un reflejo de la importancia de defender los derechos humanos y las libertades individuales, especialmente en contextos donde estos son sistemáticamente violados.
La situación de Gallo es un recordatorio de los riesgos que enfrentan aquellos que se encuentran en países con regímenes autoritarios. La comunidad internacional debe estar atenta y exigir la liberación de Gallo, así como la protección de los derechos de todos los ciudadanos, independientemente de su nacionalidad.
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