Iván Tobar, líder de la facción «Blanca-Celeste» de la UOCRA en La Plata, y secretario General de las 62 Organizaciones Peronistas, se ha convertido en una figura cada vez más influyente dentro del ámbito sindical y político local. Sin embargo, su creciente poder y sus relaciones políticas con figuras como Mario Secco, intendente de Ensenada; Julio Alak, jefe comunal de La Plata; y Fabián Cagliardi, intendente de Berisso, han levantado sospechas y críticas.
Los detractores de Tobar apuntan a sus métodos y a lo que consideran una agenda de interés político más que sindical, generando un debate en la región sobre su impacto en la UOCRA y en las decisiones que afectan a los trabajadores.
El ascenso de Iván Tobar y la disputa por el poder en la UOCRA La Plata
Iván Tobar comenzó su trayectoria en la UOCRA como un trabajador más. Años después, lidera una agrupación denominada «Blanca-Celeste», con la cual ha buscado expandir su influencia y desplazar a Juan Pablo «Pata» Medina, histórico dirigente del gremio en La Plata.
La UOCRA seccional La Plata ha sido una de las más conflictivas y complejas del país, y la intervención en la que ha estado envuelta solo incrementó las tensiones. Tobar se destaca por su cercanía con la base de trabajadores, a quienes promete transparencia y mejora de las condiciones laborales. Sin embargo, muchos critican que su verdadera motivación es política, especialmente por los vínculos estrechos con líderes locales que han sido blanco de cuestionamientos.
Desde que se consolidó al frente de «Blanca – Celeste», Tobar ha trabajado junto a figuras políticas de peso en la región. Su relación con Mario Secco, quien es visto como un aliado clave, le ha permitido ganar terreno en Ensenada. Su vínculo con Julio Alak y Fabián Cagliardi lo afianza en La Plata y Berisso, pero también ha provocado fuertes reacciones de aquellos que lo ven como un peón dentro de una red política que prioriza la influencia sobre el bienestar de los trabajadores.
El rol de Tobar en la UOCRA y las sospechas de una agenda política
A pesar de que Tobar aún no ha conseguido la conducción formal del gremio, su grupo «Blanca – Celeste» se comporta como una autoridad de facto. Se le acusa de utilizar los recursos de la organización para promover una agenda política, en detrimento de los intereses de los trabajadores que representa. Críticos de Tobar aseguran que su estrategia es mantener la fachada de apoyo sindical para legitimar su influencia dentro de la política local, lo que le garantiza apoyo en espacios como el Municipio de Berisso y Ensenada.
El vínculo con los intendentes y otros funcionarios en el ámbito de la CGT provincial plantea la pregunta de si realmente representa a los trabajadores o si sus acciones están al servicio de una red política que busca fortalecer su presencia en la región capital.
El convenio en La Balandra: ¿Espacio para los trabajadores o usufructo privado?
Un ejemplo concreto del impacto de Tobar en la región es el convenio en la zona del balneario La Balandra, un área de uso público que históricamente ha sido de libre acceso. En colaboración con las 62 Organizaciones Peronistas y en nombre de los trabajadores de la UOCRA, Tobar y sus colaboradores iniciaron la construcción de un camping en esta área, argumentando que el espacio es necesario para la recreación de la «familia trabajadora». Sin embargo, vecinos y grupos ambientalistas han expresado sus dudas respecto a esta intervención en el balneario. La denuncia de los vecinos menciona que esta intervención y desarrollo en La Balandra podría llevar a una privatización de facto del área.
UOCRA La Plata revela usurpación de Iván Tobar de La Balandra asistido por Fabián Cagliardi
Para algunos, el uso de recursos públicos y la intervención en espacios naturales es una muestra clara de los intereses detrás de estas acciones. En lugar de trabajar en la preservación del ecosistema y en mejorar las condiciones laborales de sus afiliados, Tobar y sus aliados políticos parecen estar más interesados en consolidar su poder sobre estos espacios y fortalecer su imagen en la región.
Iván Tobar: de la tribuna a la construcción, su vínculo con la violencia
Iván Tobar no es ajeno a la controversia. Su pasado ligado a la violencia en las barras de fútbol de Estudiantes de La Plata, donde lideraba la agrupación «Los Leales», lo mantiene en el ojo de la crítica. Si bien Tobar ha manifestado que esta faceta quedó en el pasado, y ha trabajado para ganarse el respeto de su comunidad como un dirigente gremial «cercano a las bases», los antecedentes de violencia siguen persiguiéndolo. Algunos lo ven como una señal de los métodos con los que ha consolidado su poder, en contraposición al modelo de liderazgo que busca instaurar.
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La relación de Tobar con los sectores populares a través de las ollas populares y otras iniciativas sociales ha sido bien recibida en algunos barrios, pero otros creen que se trata de una estrategia para ganar influencia a nivel territorial y consolidarse como un representante de los sectores populares en la arena política.
Sus críticos sostienen que su supuesto compromiso social es solo una herramienta para ganar apoyo en los sectores más vulnerables, al igual como mantenía el sector de la construcción el «Pata» Menina, y que, en última instancia, sus decisiones benefician a sus aliados políticos en detrimento de los trabajadores.
Tobar, las 62 Organizaciones y la CGT: ¿unidad o conveniencia?
Tobar ha defendido públicamente su alineamiento con la nacional y su apoyo a Gerardo Martínez, secretario general de la UOCRA a nivel nacional y una figura de peso en la Confederación General del Trabajo. Aunque su retórica incluye llamados a la unidad sindical, Tobar también enfrenta fuertes divisiones internas y ha demostrado estar dispuesto a desplazar a otros grupos y líderes en su carrera por el poder sindical.
Desde la intervención de la seccional de La Plata, Tobar ha visto una oportunidad para construir su propio liderazgo. A través de su facción «Blanca-Azul», ha señalado que busca retomar el control de la UOCRA en La Plata, asegurando que cuenta con el apoyo de miles de trabajadores. Sin embargo, muchos ven esta campaña como una estrategia para consolidar su influencia política más allá del sindicalismo, a costa de dividir y fragmentar aún más el movimiento obrero en la región.
La crítica de los trabajadores: «Iván Tobar no nos representa»
Algunos trabajadores de la construcción y miembros de la UOCRA han manifestado su rechazo hacia Tobar, argumentando que sus vínculos con la política no reflejan los verdaderos intereses de la clase trabajadora. Para ellos, Tobar representa una nueva cara de la vieja política sindical: un líder que promete cambios, pero que mantiene relaciones con figuras del poder político que, en última instancia, buscan su propio beneficio.
Por su parte, Tobar sostiene que su relación con estos líderes políticos es una «alianza estratégica» necesaria para obtener logros para el gremio, pero sus críticos señalan que esos vínculos terminan siendo perjudiciales para los trabajadores. Según testimonios de algunos afiliados de la UOCRA, «Tobar utiliza la estructura sindical para sus intereses personales y políticos, y su alianza con intendentes y funcionarios locales solo demuestra que su verdadera agenda no es la defensa de los derechos laborales».
¿El futuro de la UOCRA o el inicio de una nueva era de poder sindical y político?
Mientras la UOCRA La Plata continúa en proceso de normalización, Tobar ya se perfila como uno de los principales candidatos para ocupar la conducción del gremio. Su estilo de liderazgo ha dividido opiniones, y su vinculación con figuras políticas regionales lo ha puesto en el centro de un debate que va más allá del sindicalismo. Tobar representa una nueva generación de líderes que mezcla sindicalismo y política, pero también levanta fuertes críticas por sus métodos y sus alianzas.
El desafío de Tobar y su legado
Iván Tobar se enfrenta a un reto complejo. Por un lado, busca ganar la confianza de la base trabajadora en una región donde el sindicalismo es sinónimo de historia y poder. Por el otro, sus estrechos vínculos con la política local lo han colocado en una posición vulnerable. Si Tobar realmente desea representar a los trabajadores, deberá demostrar que su compromiso con ellos es genuino y no una fachada para su carrera política.
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