La actividad del ocio basado en las apuestas y los juegos de azar no para de crecer en la última década, ya que cada vez son más las personas en todo el planeta que encuentran en este ámbito de ocio su opción preferida para empeñar sus ratos de asueto y disfrute.
Son muchas las voces que intentan opinar acerca de los pros y los contras que tiene esta actividad para los millones de usuarios asiduos a la misma. Por ello, es conveniente contemplar esta actividad desde la lejanía, y poderla asociar a otros aspectos como la tecnología, la antropología, o la psicología para comprender a la perfección los pilares fundamentales que componen el juego, alejándolo también de cualquier juicio de valor que puede surgir de manera interesada.
En lo que se refiere a la parcela innovativa, el desarrollo de los videojuegos viene acompasado de un progreso en el ámbito gráfico, potenciando el diseño digital, y teniendo como referencia a obras como el cine, la televisión o el mundo de la literatura, a fin de potenciar aun más la repercusión de los productos gaming.
Tampoco hay que dejar de lado la parte de la psicología, que en muchos casos también está íntimamente relacionado con el ámbito gaming. Esta parte de estudio médico sirve para estudiar en profundidad los procesos cognitivos e inconscientes del jugador.
Sumado a todo ello, la antropología puede ser la ciencia que ofrezca respuestas definitivas acerca de la idoneidad del mundo del juego, y las costumbres más extendidas en esta actividad de ocio. En este sentido, un reciente estudio llevado a cabo por la joven antropóloga italiana Manuela Vinai, en las salas de juego de la región italiana de Piemonte, pone encima de la mesa las claves a la hora de comprender comportamientos de jugadores durante el juego, asociándolo a sus diferentes estilos de vida.
Todas las conclusiones de este estudio se recogen en el libro de la editorial Meltemi, titulado “Los jugadores. Etnografía en las salas de máquinas tragamonedas de la provincia italiana”. En él, Manuela Venai concibe el sector del juego como una pacerla particular y bastante compleja, puesto que diariamente personas de diferentes status, edades y condiciones acceden a estos establecimientos de ocio para intentar aumentar su dinero y pasar un rato divertido.
Pese a lo que quieren hacer ver algunas voces críticas de manera interesada, Venai postula que los jugadores no están enfermos, sino más bien todo lo contrario. Con ello se trata de alejar el postulado que ha generalizado la sociedad de que el juego es una enfermedad que termina tratando a todos los aficionados como si fueran enfermos.
También incide en el lado positivo del juego, puesto que gracias a esta actividad se ha generado muchas relaciones interpersonales que van mucho más allá del mero momento de ocio. Consiguiendo en muchos casos una relación simbiótica perfecta entre todos los agentes involucrados en esta parcela de ocio, consolidada a nivel mundial de manera incontestable.
