El intendente de Ensenada, Mario Secco, volvió a ser protagonista de la interna peronista con declaraciones explosivas en defensa del gobernador bonaerense Axel Kicillof. Sin embargo, lejos de tratarse de una postura firme y coherente, su discurso responde a un patrón de conveniencia política que ha caracterizado su trayectoria: saltar de espacio en espacio según su propio beneficio.
De radical a kirchnerista: una historia de conveniencia
Mario Secco no siempre fue el ferviente kirchnerista que hoy defiende con vehemencia a Axel Kicillof (kicillofista). En 2003, llegó a la intendencia de Ensenada bajo el ala de Elisa Carrió, cuando aún militaba en la Unión Cívica Radical (UCR), con el Frente Alternativo para el Cambio Ensenadense (FACE). En aquel entonces, su llegada al poder fue celebrada como una victoria del radicalismo sobre el peronismo. Sin embargo, no tardó en dar un giro oportunista, rompiendo con Carrió y alineándose con el kirchnerismo, en un movimiento que evidenciaba su falta de lealtades políticas.
Posteriormente, se sumó al Frente Grande de Carlos «Chacho» Álvarez, donde nuevamente se le acusó de maniobras para acomodar el espacio a sus intereses. Su trayectoria ha estado marcada por una constante búsqueda de posicionamiento dentro del peronismo, utilizando su lealtad al kirchnerismo como herramienta de supervivencia política.
Su nuevo rol como defensor de Kicillof
En los últimos días, Secco volvió a la carga, atacando a quienes critican el nuevo espacio político de Axel Kicillof, el Movimiento Derecho al Futuro. En declaraciones a FutuRöck, descalificó a quienes cuestionan la movida política del gobernador, afirmando que «Massa, La Cámpora, Grabois arman espacio propio, pero si lo hace el Gobernador, rompe. Es muy pelotudo eso».
Sus palabras no tardaron en generar reacciones. Sebastián Galmarini, referente del Frente Renovador, director del Banco Provincia, y cuñado de Massa, le respondió duramente, acusándolo de ser un «petardero» y recordándole que «el Frente Renovador ni Sergio Massa están preocupados por la interna». Galmarini también aprovechó la ocasión para refrescar la memoria política de Secco: «Si de romper hablás, de tu parte no sería nada novedoso. Ya le rompiste el ARI a Carrió en 2007″.
El verdadero trasfondo del apoyo a Kicillof
Más allá del discurso de Secco en defensa de Kicillof, su alineación con el gobernador bonaerense responde a una estrategia de supervivencia. Desde el Frente Renovador y otros sectores del peronismo ven en este nuevo movimiento una excusa para posicionarse en la pelea interna por el control del Partido Justicialista en la Provincia de Buenos Aires.
El intendente de Ensenada ha sido uno de los principales adherentes del nuevo espacio, no por convicción ideológica, sino porque busca garantizar su continuidad en el poder. En recientes declaraciones, Secco dejó en claro su intención de modificar la ley que limita las reelecciones de intendentes, legisladores y concejales: «No puede ser un capricho de algunos compañeros que no quieran la reelección cuando el limitador es el pueblo argentino».
Un discurso contradictorio y acomodaticio
Si algo ha demostrado la trayectoria de Mario Secco es su capacidad para adaptarse a cualquier escenario político con tal de mantenerse en el poder. En su intento por justificar la movida de Kicillof, criticó duramente a otros sectores del kirchnerismo, señalando que «parece que si lo arman ellos está todo bien». Sin embargo, cuando se trata de decisiones que afectan su propio destino político, su postura cambia drásticamente.
Ejemplo de esto es su reciente apoyo a la suspensión de las PASO en la Provincia de Buenos Aires. «Las PASO no las quiere nadie. Es gastar plata, es molestar a la gente y mover toda una estructura nada más que para ratificar listas», afirmó. Un argumento conveniente si se tiene en cuenta que la eliminación de las primarias favorecería a los intendentes que, como él, buscan asegurarse la reelección sin competencia interna.
Un intento desesperado por sobrevivir en la política
A pesar de su alineación con Kicillof, Secco sabe que su futuro político no está asegurado. Su constante cambio de lealtades lo ha llevado a acumular enemigos dentro del peronismo, y sus declaraciones recientes no han hecho más que agudizar las tensiones dentro del espacio.
Mientras Sebastián Galmarini y otros referentes del Frente Renovador insisten en que su prioridad es ganarle a Javier Milei en 2027, Secco se enfoca en consolidar su propia estructura política, intentando imponer su peso dentro de la interna peronista.
Las críticas dentro del kirchnerismo
El oportunismo de Secco no ha pasado desapercibido dentro del kirchnerismo. Muchos dirigentes lo ven como un aliado circunstancial y desconfían de su verdadero compromiso con el proyecto político de Kicillof. En off, algunos referentes del peronismo bonaerense admiten que Secco solo responde a sus propios intereses y que, llegado el momento, no dudaría en cambiar de bando nuevamente si eso le garantiza su permanencia en el poder.
Incluso dentro del municipio de Ensenada, su liderazgo ha sido cuestionado por su estilo de gestión personalista y su resistencia a la renovación política. A pesar de su retórica combativa, su administración ha sido señalada por prácticas poco democráticas y por concentrar el poder en un círculo reducido de funcionarios leales.
Conclusión: ¿lealtad o conveniencia?
Las palabras de Mario Secco en defensa de Axel Kicillof no son más que un nuevo capítulo en su historia de oportunismo político. Su apoyo al gobernador bonaerense responde menos a una convicción ideológica que a la necesidad de garantizar su supervivencia en un contexto de crisis interna dentro del peronismo.
Los antecedentes de Secco muestran a un político que cambia de bando según sus intereses, sin importar cuántos puentes queme en el camino. Hoy se presenta como el principal defensor de Kicillof, pero, si la historia se repite, no pasará mucho tiempo antes de que vuelva a encontrar una nueva bandera para sostenerse en el poder.
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