Las diputadas Sivia Horne, del FpV Rionegrino y Lucía De Ponti, del FpV de Santa Fe, quieren borrar el sexo de la información que figura en el documento nacional de identidad
Ambas diputadas nacionales se valieron de una iniciativa de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Trans y Bisexuales (FALGTB) para presentar este proyecto de ley porque consideran que “la Asignación jurídica y registral de un sexo es arbitraria, invasiva, discriminatoria, inútil y confusa».
Según los argumentos del lobby trans comentado por la diputada Horne, la información sobre el sexo del portador del DNI es una noción “Falsa” y que ya no tiene ninguna “utilidad”. Según la misma diputada, “el Estado debe respetar el género autopercibido de acuerdo a cómo cada persona lo siente”.
«(El proyecto propone) eliminar la categoría de ‘sexo’ de cualquier documento público o privado; y garantizar la integridad, la autonomía y la diversidad corporal de todas las personas frente a intervenciones destinadas a modificar sus características sexuales para adecuarlas a los estándares médicos de asignación sexual o ‘normalidad’«, señala el texto.
También subraya que en la actualidad persiste una «falsa noción de sexo (basada en) la interpretación histórica, ideológica y cultural que se hace sobre ciertas diferencias anatómicas, especialmente, sobre la genitalidad y otras comúnmente denominadas características sexuales. Estas lecturas, que históricamente se han basado en paradigmas médicos/científicos, se suelen atribuir a la biología y se han asignado con carácter binario, existiendo como únicas posibilidades el binomio varón-mujer».
El proyecto de la legisladora por Río Negro indica que las personas podrán pedir la supresión del «Sexo» de cualquier documento público o privado una vez que la ley entre en vigencia.
Agujeros negros jurídicos y previsionales de no definir el sexo
Esto, lógicamente, traerá al menos opiniones contrarias. El género definido en la información del DNI, aportado por la familia en el momento de ser anotado a pocos días de nacer, es fundamental para muchas cosas a lo largo de la vida.
Por ejemplo, cómo se definiría la edad jubilatoria de una persona sin sexo. O cómo se asignaría un dispositivo contra la violencia de género, como un botón antipánico, si la persona que lo solicita no es mujer ni hombre. Incluso el cupo femenino en la cámara de Diputados sería imposible de definir.
A esto también se suma el interrogante de si otros países como Estados Unidos, otorgaría una visa a una persona que no acredita un sexo definido en su documento.
El proyecto trae muchas incógnitas de este tiempo, que sin duda despertarán polémica.
(TdP | Expediente Político)
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