Maximiliano Gonzáles, un trabajador municipal de 35 años al que no le renovaron el contrato vencido en diciembre del año pasado, se encadenó ayer a la mañana, frente al Palacio Municipal y amenazó con cocerse la boca e iniciar una huelga de hambre. Luego fue recibido por autoridades municipales y abandonó la desesperada medida de protesta.
Un grupo de compañeros explicaron su situación: “Éramos de la Dirección de Incendios, nos dejaron sin trabajo el 10 de diciembre, última vez que cobramos”, comentó una mujer que trabajaba con Gonzáles.
“Nadie nos avisó que habíamos perdido nuestro puesto. Nosotros seguimos yendo a trabajar hasta que un día bajó el presidente del Banco Municipal y de mala forma nos avisó que nos teníamos que retirar. Dijeron que a nuestro espacio de trabajo lo iban a usar para extender el área de Economía”, agregó.
“A nuestra oficina se acercaba gente que había perdido todo. Nos dijeron que necesitaban que entren fondos y no más pérdidas. Ellos ven la ayuda a damnificados por incendios como una pérdida de dinero”, acusó la mujer que también perdió su empleo en diciembre. “Somos alrededor de 20 personas a las que nos dieron de baja. Solicitamos muchas veces que nos reciban pero nos dan la espalda”, continuó.
Sobre la protesta que realizaba su compañero, la trabajadora despedida comentó: “No tiene otro remedio. Él tiene tres chicos y anoche les tuvo que dar un té porque no tiene para comer”.
Pasado el mediodía, Gonzáles y sus compañeros fueron recibidos por funcionarios municipales. En diálogo con Blanco sobre Negro, el Secretario General Javier Mor Roig, comentó: “Se trata de trabajadores de una área que no está contemplada en el nuevo organigrama. Era un área que no tenía mucho sentido”.
“Fueron recibidos por el secretario de Gobierno, Nelson Marino, y acordaron abrir una instancia de diálogo”, finalizó Mor Roig.
Crédito foto: Fernando Tocho
