El Sindicato de Trabajadores Municipales de Berisso (STMB) atraviesa una de las crisis más profundas de su historia. Su Secretario General, Jorge Rodríguez, se encuentra en el centro de un escándalo que combina graves acusaciones penales con una gestión financiera que genera indignación entre los afiliados. Mientras la dirigencia enfrenta denuncias por violencia de género y portación ilegal de armas, los trabajadores municipales sufren aumentos de cuotas que superan el 2000% en un contexto de salarios estancados y paritarias sin cerrar.
El conflicto expone una profunda desconexión entre la cúpula gremial y las bases trabajadoras de Berisso, con acusaciones que van desde la falta de transparencia hasta presuntas persecuciones internas contra quienes se atreven a disentir. Todo esto, mientras circulan sospechas sobre una posible connivencia con el poder político local que habría permitido la rápida liberación del líder sindical tras su detención.
El golpe al bolsillo: cuotas que se multiplican mientras los salarios se estancan
Mientras el escándalo judicial acapara titulares, las quejas de los afiliados se centran cada vez más en una gestión económica que sienten como un ataque directo a sus deteriorados ingresos. La polémica más reciente estalló con la comunicación de un aumento exponencial en el coseguro de sepelio. La cuota mensual pasó de 220 pesos a 4.700 pesos, lo que representa un incremento del 2.036%.
La noticia generó una ola de indignación entre los trabajadores. En las redes sociales del sindicato, un empleado municipal expresó su malestar: «La verdad que gracias a está publicación me di cuenta que pasamos de $220 a $ 4700 más del 200% de aumento y se agregan servicios no solicitados… Pregunto los sueldos aumentaron un 200%???? Porque este servicio si pregunto.»
La justificación del STMB, comunicada el 28 de octubre, fue la incorporación de «nuevos beneficios» como «Asistencia al viajero» y «Telemedicina», considerados por muchos afiliados como «servicios no solicitados» que no compensan el brutal incremento en el costo.
Este drástico aumento contrasta de manera flagrante con la realidad salarial de los municipales de Berisso. La información sobre el último incremento salarial es confusa y opaca. Mientras un comentario público de un trabajador alude a un aumento del 4,50% que representaría 40.000 pesos, una fuente interna del gremio que pidió anonimato asegura que el aumento real fue de solo 35.000 pesos, calificándolo de «una vergüenza».
La queja del trabajador resume el sentir generalizado: «Compañeros Municipales aumentó para Octubre 4,50% o sea $.40.000. AUMENTO DEL SEGURO DE SEPELIO 200%. Te recuerdo que la paritaria del 2024 NO SE CERRÓ y estamos a Octubre del 2025.«
Esta declaración evidencia no solo la disparidad entre el aumento de las obligaciones y los ingresos, sino también un problema estructural: una negociación paritaria que, según denuncian los trabajadores, lleva un año sin cerrarse formalmente. La sensación de abandono se profundiza cuando los afiliados deben enterarse de las novedades salariales a través de otras organizaciones gremiales.
Opacidad y denuncias de persecución: el silencio como estrategia
La crisis en el STMB se profundiza por una cultura interna que, según denuncian los propios afiliados, está marcada por la opacidad, el silencio y la intimidación. Las quejas sobre el manejo de la información y el trato hacia quienes expresan disenso revelan una posible crisis de representatividad y un modelo de gestión autoritario.
Uno de los ejemplos más claros de esta falta de transparencia es el manejo de las negociaciones paritarias. El aumento de 35.000 pesos, considerado insuficiente, ni siquiera fue comunicado por el propio sindicato. Los afiliados se enteraron de la novedad a través de otra organización gremial, ATE, lo que agudizó la sensación de abandono.
Una fuente interna lo describe de manera contundente: «hoy entras a las redes del sindicato y por ejemplo no tiraron nada con acorde a las paritarias, o sea, calladitos… ¿Y cómo lo sabemos? Por ATE que lo publicó, pero lo publicó ATE, nuestro gremio no publicó nada.»
Este silencio es interpretado por muchos como un acto deliberado para evitar el escrutinio y la reacción de los trabajadores ante un acuerdo salarial perjudicial. El clima de desconfianza se agrava con denuncias de persecución hacia aquellos que se atreven a cuestionar a la dirigencia.
Las acusaciones son graves y describen un modus operandi destinado a silenciar las voces críticas. Las fuentes afirman que «el gremio persigue a los compañeros, los persigue literalmente«. Las prácticas denunciadas incluyen métodos de presión que van desde ofrecimientos para comprar su silencio hasta amenazas directas con la apertura de sumarios administrativos. Se describe un sistema en el que a los disidentes se los «aprieta y los quiere comprar o un sumario… los amenaza, los persigue».
Esta combinación de opacidad y presunta intimidación configura un panorama desolador para los trabajadores que buscan información clara sobre sus condiciones laborales y salariales.
Una fiesta millonaria en medio de la tormenta
En un contexto de salarios estancados, aumentos de cuotas y un profundo malestar generalizado, la organización de una fastuosa fiesta por el Día del Trabajador Municipal se ha convertido en un símbolo de la aparente desconexión entre la dirigencia del STMB y las urgencias de sus afiliados.
El sindicato anunció con gran despliegue la celebración para el próximo 8 de noviembre, promocionada como «totalmente gratuita para la Familia Municipal» e incluyendo «Cena: asado y bebida libre». Sin embargo, dos aspectos han generado fuerte controversia.
Primero, la ubicación: el «Camping de SOSBA» en el municipio vecino de Ensenada, a 9 kilómetros de de la ubicación del Sindicato en Berisso, una decisión criticada por la dificultad logística que representa para muchos trabajadores que no cuentan con movilidad propia.
Segundo y más polémico, el «Sorteo de premios en efectivo», donde el sindicato asegura que se repartirán «unos 8 MILLONES EN PREMIO». Este gasto, considerado exorbitante por los afiliados, contrasta de manera flagrante con el magro aumento salarial de 35.000 pesos y el incremento del 2.036% en la cuota del coseguro. Y todo esto sin contar el costo del servicio de local, catering y shows programados.
La influencia del sindicato en temas laborales clave también parece limitada. A través del Expediente Nº 7642-2025, la dirigencia había solicitado al intendente Fabián Cagliardi que se declarara «Día no laborable » el 7 de noviembre. Sin embargo, la resolución final fue un «asueto municipal» de alcance reducido, que afectó «solamente a las áreas administrativas», sugiriendo una capacidad de negociación relativa.
La decisión de destinar una cifra millonaria a premios, mientras las paritarias resultan insuficientes, alimenta las sospechas sobre la gestión de fondos y refuerza la percepción de una dirigencia más enfocada en la ostentación que en la defensa de los derechos laborales.
La detención cinematográfica y una liberación controvertida del 2024
El punto de quiebre que llevó la crisis del STMB a la luz pública ocurrió el 30 de junio de 2024. Ese día, Jorge Rodríguez fue detenido tras una persecución policial que comenzó con una llamada al 911 alertando sobre un presunto caso de violencia de género. Según el parte oficial de la Secretaría de Seguridad Ciudadana del Municipio de Berisso, cuando la policía llegó al lugar, encontró a Rodríguez a bordo de su Peugeot 307.
Al ser confrontado por los agentes, el líder sindical emprendió la fuga, desatando una peligrosa persecución por las calles de la ciudad. La huida terminó cuando Rodríguez impactó contra un móvil policial, provocando lesiones en la pierna de una agente. Tras un segundo choque, finalmente fue capturado.
El registro de su vehículo reveló elementos que agravaron su situación: un arma de fuego de 22 mm sin numeración, un arma calibre 32 mm con tres cartuchos, un arma de fuego impropia, seis municiones calibre 22 y 450 mil pesos en efectivo. A pesar de la gravedad de los cargos —violencia de género, portación ilegal de armas, resistencia a la autoridad y daños calificados—, Rodríguez fue liberado el mismo día.
Su defensa fue asumida por el polémico abogado Marcelo Peña, conocido por representar a figuras de alto perfil como el sacerdote católico Raúl Anatoly Sidders, acusado de abusos sexuales, y Juan Ignacio Buzali, ex pareja de Carolina Píparo, procesado por intento de homicidio. La elección de este letrado reforzó entre los afiliados la percepción de que Rodríguez no opera como un simple trabajador, sino como parte de una estructura de poder con acceso a una defensa de élite.
Frente al contundente informe policial, el STMB lanzó una contraofensiva mediática. En un comunicado oficial, el sindicato negó rotundamente la violencia de género y el ataque a la policía, atribuyendo la llamada al 911 a una «fuga de gas». Según esta versión, el accionar policial fue «prepotente y violento», y Rodríguez se retiró del lugar para «evitar una escalada». El gremio calificó el hecho como un «asunto de la vida privada de Rodríguez» y anunció acciones legales por abuso de autoridad.
VIDEO | Oscura jornada para el secretario del Sindicato de Municipales de Berisso
La sombra de la protección política
Todos los hilos de la crisis —el escándalo judicial, la gestión financiera, la opacidad y las prioridades de gasto— convergen en una sospecha de fondo que circula entre los trabajadores: la existencia de una presunta connivencia entre la cúpula del STMB y el poder ejecutivo municipal. Esta supuesta alianza podría ser la clave para entender la aparente impunidad con la que se manejaría su líder.
Las denuncias que apuntan en esta dirección son directas. Fuentes internas afirman sin rodeos que los líderes sindicales «están entongados con la parte ejecutiva». Esta percepción se ve reforzada por la controvertida liberación de Jorge Rodríguez el mismo día de su detención.
La acusación más contundente que resume este sentir es una frase que resuena con fuerza en el ámbito municipal: «no te olvides que Jorge Rodríguez no terminó en Cana por el Ejecutivo». Esta afirmación sugiere que habría existido una intervención desde el poder político para evitar consecuencias judiciales más severas para el líder sindical.
Para poner en perspectiva la gravedad de la situación, es necesario recapitular los cargos que pesan sobre Jorge Rodríguez. Según las fuentes consultadas, sobre él ya no pesan solo procesamientos, sino condenas firmes por violencia de género, por la tenencia de armas que no pudo declarar, por la posesión de dinero que tampoco pudo declarar y por su responsabilidad en la fractura de la pierna de una policía durante su fuga.
El Sindicato de Trabajadores Municipales de Berisso se encuentra, en definitiva, sumido en una profunda crisis de legitimidad. La acumulación de escándalos penales, una gestión financiera fuertemente cuestionada, una cultura de opacidad y presunta intimidación, y la sombra de una posible connivencia con el poder político han creado un cóctel explosivo.
El futuro del STMB dependerá no solo del desenlace de los procesos judiciales en curso, sino, fundamentalmente, de la capacidad de sus bases para organizarse y exigir la transparencia, la representatividad y la defensa de sus derechos que hoy sienten ausentes. Los trabajadores municipales de Berisso enfrentan un momento crítico donde deberán decidir si aceptan el statu quo o exigen un cambio profundo en la conducción de su organización gremial.
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