Las formas y el manejo, son en política, un arma de seducción muy importantes. tal es así que los políticos, contratan especialistas, ya no sólo en campaña, sino como asesores constantes, que van haciendo saber al político las palabras, la ropa, los gestos y los modismos, que debe usar en cada ocasión.
Claro está que muchos de los que se dedican al “arte de la política”, tienen un magnetismo popular, una seducción innata, para con la gente. Perón y sus discursos, Alfonsín y su estampa decidida, Menem y su encanto seductor, con metamorfosis incluida, Kirchner y su porte simple y desgarbado, son personajes políticos a los que poco podría agregarles un asesor, más aún, serían poco manejables en este sentido.
Jorge Nedela, intendente de Berisso, parece pertenecer a esa estirpe, su imagen de bonachón lo acompaña desde sus primeras armas en las urnas, sus modos, sus gestos, su vos suave pero firme, poco a poco fue un imán para muchos vecinos.
Poco se le puede reclamar o achacar en estos pocos meses de gestión, la herencia no fue buena y las cuentas están al rojo vivo. pero su imagen sola ya no alcanza, esto ya no es el Concejo Deliberante, donde cada integrante vale uno y puede despegarse del bloque y mantener una buena imagen ante la gente. El estado municipal muestra una cabeza, pero la gente mira un todo.
Con el romance post electoral aún en pie y con múltiples reuniones, Jorge Nedela, mantiene su carisma intacto, el sargento aún es creíble, ¿pero que pasa con su pelotón?, los soldados parecen no estar alineados.
Los múltiples casos denunciados de violencia hacia los empleados, por parte de integrantes de la línea de cambiemos, preocupa y mucho en el círculo íntimo del intendente. sus más cercanos siguen sus pasos, buen trato, sonrisa, diálogo, etc, pero hay un grupo, que por no saber o por no entender son noticia.
La falta de experiencia en cargos públicos, es evidente, tanto la UCR, como el PRO, nunca comandaron la ciudad, ni tuvieron muchos hombres en la función pública. De allí se puede adivinar la falta de costumbre de algunos funcionarios para tratar con empleados, que también vale decir, vienen de doce años de jefes bastante despreocupados.
El otro factor posible es el que explican dichos tales como “dale poder a un hombre y sabrás quien es” o “se apunan en una alfombra de oficina”, gente que siempre sufrió el destrato de ser de un partido que nunca gobernó y hoy que, por fin, están del otro lado del mostrador hacen ostentación de su poder de la peor manera.
Lo cierto es que nadie puede decir que las formas son las del intendente, pero si que ocurren en su Intendencia y estas denuncias ya se cobraron a dos miembro del Ejecutivo, la directora de Acción Social tuvo que renunciar, mientras que se suman la renuncia del coordinador de Cooperativas en La Franja, acusado de apretar a vecinos de una cooperativa, y también el más reciente hecho, el del secretario del hcd, quien es también acusado de discriminación y violencia de género por una empleada municipal.
No son las cuentas, ni el bache, ni las zanjas, no es la gestión municipal, ni las reuniones con políticos, ni vecinos, ni sindicales lo que hoy Mancha la imagen impoluta que tenía el intendente, son los soldados que a veces tiran en contra de sus propio cuartel.
