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Fósil de ciervo de 15.000 años encontrado en General Guido

Descubren un hocico de ciervo fósil de 15.000 años en General Guido, Buenos Aires, revelando nuevos datos sobre la megafauna de la región.

Un equipo de investigadores ha realizado un importante hallazgo paleontológico en la localidad de General Guido, provincia de Buenos Aires. Se trata de un hocico de un ciervo fósil, perteneciente a la especie Morenelaphus, que data de hace aproximadamente 15.000 años. Este descubrimiento se enmarca dentro de un contexto histórico en el que la región presentaba un clima y una fauna muy diferentes a los actuales.

Contexto histórico y climático

Durante el Pleistoceno, el clima global era considerablemente más frío, con grandes casquetes glaciares que cubrían extensas áreas de Europa y América del Norte. En este periodo, el nivel del mar había descendido drásticamente, lo que significaba que la línea de costa se encontraba a unos 300 kilómetros mar adentro. En la actual provincia de Buenos Aires, las condiciones eran áridas y secas, similares a las que se observan hoy en Patagonia o el Chaco.

La fauna de esta época estaba compuesta por una megafauna notable, que incluía enormes mamíferos como los gliptodontes, los megaterios y los tigres dientes de sable. Entre estos animales, se encontraba el ciervo Morenelaphus, que ahora ha cobrado relevancia gracias al reciente hallazgo.

Características del Morenelaphus

Fósil de ciervo de 15.000 años encontrado en General Guido 3

El Morenelaphus era un ciervo de gran tamaño, comparable al actual ciervo colorado de Europa. Se estima que alcanzaba unos dos metros de largo y pesaba entre 200 y 300 kilos. Su cornamenta, que en los individuos adultos podía superar el metro y medio de longitud, lo hacía un animal imponente. El fósil descubierto corresponde a la parte anterior del cráneo, específicamente el hocico y la mandíbula, que se encontraron en un estado de preservación delicado.

Los investigadores, utilizando tomografías médicas, han podido estudiar en detalle la anatomía del hocico, revelando que este ciervo tenía un hocico fino y largo, adaptado para alimentarse de hierbas blandas y abrasivas, como pastos y gramíneas.

El lugar del hallazgo

Fósil de ciervo de 15.000 años encontrado en General Guido 1

El hocico de Morenelaphus fue recuperado por vecinos en las orillas del arroyo Chelforó, en la localidad de Labardén, partido de General Guido, a unos 300 kilómetros de la Capital Federal. Este hallazgo se produjo en el contexto de excavaciones paleontológicas dirigidas por Mauro Aranciaga Rolando, del Laboratorio de Anatomía Comparada y Evolución de los Vertebrados (LACEV).

Aranciaga Rolando, nativo de General Guido, ha estado trabajando en la zona desde 2020. “Los estudios paleontológicos en la zona nos han permitido saber que, hace unos 15.000 años, en Labardén habitaba una fauna y flora muy distinta a la actual”, comenta. Este nuevo hallazgo se suma a un caparazón de gliptodonte que fue extraído en 2021 por el mismo equipo.

Importancia del hallazgo

Julieta De Pasqua, becaria doctoral de CONICET y coautora del estudio, destaca la riqueza fósil del arroyo Chelforó. “El arroyo ha demostrado ser muy rico en fósiles y nos da la posibilidad de estudiar la fauna de la Era del Hielo, afirma. La preparación y el estudio del hocico representaron un desafío debido a su delicado estado de conservación, pero el uso de tecnología moderna, como tomografías y escaneos 3D, permitió resolver este problema.

Morenelaphus y su relación con otros ciervos

Aunque ya se conocían restos de Morenelaphus desde hace más de un siglo, la mayoría de estos fósiles consistían en cornamentas. El ejemplar recuperado en el arroyo Chelforó es el primer hocico de esta especie descrito, lo que proporciona una visión más completa de su anatomía y biología. Este nuevo hallazgo sugiere que Morenelaphus no se emparenta con las especies de ciervos sudamericanos, sino que tiene vínculos más cercanos con ciervos nativos de Europa y América del Norte, como el ciervo colorado. Esto implica que los ancestros de Morenelaphus, al igual que muchos de nuestros abuelos o bisabuelos, habrían migrado desde su tierra natal hacia América del Sur. Este descubrimiento cambia la comprensión que se tenía sobre la evolución de los ciervos en el continente, sugiriendo que existieron al menos dos linajes de ciervos en lugar de uno solo.

Proyecto de investigación y colaboración local

Fósil de ciervo de 15.000 años encontrado en General Guido 2

El proyecto de investigación ha contado con el apoyo de la Municipalidad de General Guido, bajo la gestión de Carlos Rocha. Aranciaga Rolando agradece la colaboración de Yonathan Prudente, ex Director de Producción, y Miguel Crovo, actual Director de Cultura, así como de muchos empleados municipales, profesores y vecinos que han brindado su ayuda desinteresadamente. “Este tipo de proyectos locales es fundamental para los museos regionales porque permite sentar las bases y colectar los primeros fósiles de lo que, en un futuro, puede ser un Museo Paleontológico”, señala Nicolás Chimento, otro de los investigadores involucrados.

El equipo de trabajo continúa su labor en la zona, estudiando los fósiles ya extraídos y buscando nuevos hallazgos. Aranciaga Rolando enfatiza la importancia de descentralizar los descubrimientos paleontológicos de los museos tradicionales, como el Museo Argentino de Ciencias Naturales o el Museo de La Plata, y fomentar el desarrollo de museos municipales que puedan albergar y exhibir estos importantes hallazgos.

Implicaciones para la paleontología

El descubrimiento del hocico de Morenelaphus no solo enriquece el conocimiento sobre la fauna de la Era del Hielo en Argentina, sino que también abre nuevas líneas de investigación sobre la migración y evolución de los ciervos en el continente. La posibilidad de que existan diferentes linajes de ciervos en América del Sur plantea preguntas sobre cómo estos animales se adaptaron a los diversos ecosistemas del continente y cómo interactuaron con otras especies de la megafauna.

Además, el uso de tecnologías modernas en la investigación paleontológica, como las tomografías y los escaneos 3D, demuestra cómo la ciencia avanza y se adapta a nuevas herramientas que permiten un estudio más detallado y preciso de los fósiles. Esto no solo mejora la calidad de la investigación, sino que también puede inspirar a futuras generaciones de paleontólogos a explorar y descubrir más sobre la historia de la vida en la Tierra.

Conclusiones

El hallazgo del hocico de Morenelaphus en General Guido es un testimonio del rico patrimonio paleontológico de Argentina y de la importancia de la colaboración entre investigadores, instituciones y la comunidad local. Este descubrimiento no solo proporciona información valiosa sobre la fauna del Pleistoceno, sino que también resalta la necesidad de seguir investigando y preservando el patrimonio natural del país.

A medida que el equipo de investigación continúa su trabajo, se espera que surjan más hallazgos que puedan arrojar luz sobre la historia evolutiva de los ciervos y otros animales que habitaron la región. La paleontología, como disciplina, sigue siendo un campo fascinante y en constante evolución, y cada nuevo descubrimiento contribuye a un entendimiento más profundo de nuestro pasado.


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