El 6 de febrero de 2020, funcionarios de una prisión penitenciaria en Orenburgo, al suroeste de la Rusia siberiana, golpearon brutalmente con bastones a cinco miembros de la confección religiosa de los testigos de Jehová: Alexéi Budenchuk, Guenadi Guerman, Roman Gridasov, Félix Majamadíyev y Alexéi Miretski.
Según reporta la organización religiosa, Majamadíyev tuvo que ser hospitalizado porque tenía una costilla rota, un pulmón perforado y daños en un riñón. En tanto Budenchuk, Guerman, Gridasov y Miretski han sido puestos en celdas de castigo basándose en cargos falsos y absurdos.

A esto se suman el caso de otros dos miembros que recibieron condenas por «extremismo» en Rusia y otros cuatro fueron arrestados, de los cuales uno denunció torturas, dijo el grupo religioso el viernes 14 de febrero.
Un tribunal de Kamchatka sentenció el viernes a Mikhail Popov y a su esposa Yelena a multas de 350.000 y 300.000 rublos (5.500 y 4.700 dólares) por participar en actividades extremistas relacionadas con su pertenencia a los Testigos de Jehová.
Antes esta semana, la policía allanó unas 40 viviendas de miembros del grupo en Chita, una ciudad del sureste de Siberia, y arrestó a cuatro personas. Una de ellas, Vadim Kutsenko, fue golpeado y recibió descargas eléctricas de dos hombres que se identificaron como agentes de la Guardia Nacional rusa, dijo su abogado, Artur Ganin, a The Associated Press.
“Le pusieron grilletes, le pusieron un sombrero en la cabeza y sobre los ojos y lo llevaron a una dirección desconocida”, señaló Ganin en una entrevista telefónica el viernes. Los agentes trasladaron a Kutsenko a un bosque, donde lo asfixiaron, golpearon y electrocutaron intentando sacarle una confesión, agregó.
“Ahora está detenido, tiene dolor y está preocupado por su familia, porque fue amenazado con que a su esposa podría ocurrirle algo”, dijo Ganin.
La Guardia Nacional no respondió a una petición de comentarios.
Rusia prohibió oficialmente a los Testigos de Jehová en 2017 y los declaró una organización extremista. El Kremlin ha empleado activamente vagas leyes sobre extremismo contra activistas opositores y minorías religiosas.

Desde entonces, cientos de fieles fueron objeto de cateos, arrestos y denuncias. En total, 28 miembros del grupo recibieron condenas, nueve de ellos de prisión, y más de 300 personas están bajo investigación.
«Los testigos de Jehová también son cristianos, así que no entiendo completamente por qué están siendo perseguidos», dijo Vladimir Putin, Presidente Ruso
En febrero pasado, siete testigos de Jehová en el oeste de Siberia informaron que fueron torturados durante los interrogatorios por agentes de investigación, lo que provocó una indignación pública generalizada.

La acción contra los miembros del grupo continúa, a pesar de la promesa del presidente ruso Vladimir Putin de investigar lo que llamó «estas tonterías».
«Los testigos de Jehová también son cristianos, así que no entiendo completamente por qué están siendo perseguidos», dijo Putin en una reunión con el Consejo Presidencial para los Derechos Humanos en 2018.
Las autoridades rusas han ejercido su autoritarismo sobre el grupo religioso este año al agregar más de 200 testigos de Jehová a un registro de extremistas y terroristas, y los han excluido del sistema financiero del país.

Jarrod Lópes, portavoz de la sede mundial de los testigos de Jehová en los Estados Unidos, dijo en un comunicado el viernes que el grupo estaba «muy preocupado» por los informes de tortura de su miembro. «Es difícil entender que tal barbarie persista en un país moderno con una constitución que promete libertad religiosa», dijo Lopes. (Fuentes: jw.org; jw-russia.org 1, jw-russia.org 2; Infobae; AP)
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