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Escándalo en Berisso: Desaparecen más de 3.5 millones destinados a fiscales de La Libertad Avanza

Escándalo en La Libertad Avanza Berisso: Gustavo Fabián Lagorio, coordinador libertario, acusado por la desaparición de fondos para el pago de fiscales electorales.

En el epicentro de un torbellino político que no da tregua, La Libertad Avanza (LLA) en Berisso enfrenta su capítulo más oscuro hasta la fecha. Una grave acusación apunta directamente contra el coordinador local, Gustavo Fabián Lagorio, por la presunta desaparición de los fondos que estaban destinados al pago de los fiscales que defendieron los votos del partido durante la reciente elección.

Este escándalo financiero, que ha desatado un profundo enojo y un sentimiento de traición entre los militantes, no es un hecho aislado, sino la culminación de una serie de conflictos internos, fracturas y acusaciones cruzadas que han puesto en jaque la viabilidad del proyecto libertario en el distrito.

La denuncia por presunta desorganización o malversación amenaza con dinamitar los cimientos de un espacio que, paradójicamente, construyó su identidad sobre la promesa de erradicar las viejas prácticas de la política.

El impacto de esta acusación va más allá de las cifras, aunque estas son contundentes. Según se desprende de la interna partidaria, el dinero extraviado formaba parte de una partida total cercana a los 9 millones de pesos, destinada a remunerar el esfuerzo de una estructura de fiscalización fundamental para cualquier contienda electoral. Específicamente, se denuncia la pérdida del pago correspondiente a 70 fiscales de mesa y a la totalidad de los fiscales generales, que sumaban alrededor de 100 personas. Estos hombres y mujeres, que dedicaron su tiempo y energía a custodiar las urnas en nombre de las ideas libertarias, hoy se sienten estafados y utilizados por una dirigencia que parece haber replicado los vicios que juró combatir. La indignación es palpable y ha generado una crisis de confianza que resquebraja la moral de la base militante, sembrando dudas sobre la transparencia y la integridad de sus líderes locales.

La figura de Gustavo Fabián Lagorio, el coordinador que se encuentra en el centro de esta polémica, es tan controversial como su propia designación, un nombramiento que desde el principio generó sorpresa y desconfianza en el ecosistema político de Berisso.

¿Quién es Gustavo Fabián Lagorio? El coordinador cuestionado

Gustavo Fabián Lagorio Escándalo en Berisso, Desaparecen millones destinados a fiscales de La Libertad Avanza 1

Para comprender la magnitud de una crisis partidaria, es indispensable analizar el perfil de quienes ostentan el poder de decisión. En el caso de LLA Berisso, el nombramiento de Gustavo Fabián Lagorio como coordinador descolocó por completo al espectro político local. Lejos de ser un dirigente surgido de las filas de la militancia o un referente con trayectoria en el distrito, su aparición fue vista como la de un «paracaidista», una figura impuesta desde las altas esferas del armado provincial sin consenso ni legitimidad territorial.

El perfil de Lagorio es, como mínimo, atípico para un líder libertario. Se trata de un DJ originario de la vecina ciudad de La Plata, a quien no se le conoce militancia política previa en Berisso. La mayor ironía, que no pasó desapercibida para nadie, es su pasado reciente como sonidista en los actos del intendente Fabián Cagliardi, el principal adversario político al que La Libertad Avanza busca destronar. Su designación no fue un acto casual, sino una decisión directa de Sebastián Pareja, descrito como el «máximo ladero» de Karina Milei en la provincia de Buenos Aires. Sin embargo, la conexión clave que explica su ascenso la reveló el concejal disidente Daniel Del Curto: “Lagorio es un paracaidista, viene de La Plata, es hombre de Juan Osaba”, vinculándolo directamente con un poderoso armador regional señalado por corrupción interna.

Aterrizaje forzoso en Berisso

Escándalo en Berisso, Desaparecen millones destinados a fiscales de La Libertad Avanza 2

Desde su llegada, la gestión de Lagorio ha estado marcada por la controversia. Se le acusa de nepotismo y de intentar utilizar su posición para asegurar cargos para su círculo íntimo.

Entre los señalamientos más resonantes se encuentra su presunto intento de colocar a su esposa en la delegación del PAMI de Berisso, una maniobra que finalmente fue truncada al igual de introducirla en la lista de la legislativa municipal. Pese a este rechazo, una fuente cercana entre los libertarios asegura que «logró dos contratos de Nación» tras esos fracasos del cual que recayó uno en su pareja.

Irónicamente, el PAMI ya había sido una moneda de cambio en las internas libertarias, ya que el poder de Daniel Del Curto en su momento se cimentó al lograr la designación de Mara Aguirre en ese mismo organismo. Cuando asumió su nuevo director, Pablo Swar, designado por alianzas nacionales (PRO/LLA), Del Curto criticó la designación como «arreglos políticos» hechos en perjuicio de los jubilados, a pesar de haber sido parte del sistema que ahora cuestiona.

Fuentes internas describen cómo el «ego y soberbia» de Lagorio le impidieron dialogar y contener a los diferentes sectores del partido, una actitud que, según afirman, limitó severamente el potencial electoral de LLA para alcanzar al menos 5 bancas en el Concejo Deliberante.

Su conflictivo estilo de conducción también se manifestó al presionar al primer concejal electo de su lista, Alejandro Aguirre, para que renunciara tras hacerse público sus empresas fantasmas, insinuando la existencia de «sombras» en sus contratos con YPF. La crisis de liderazgo encarnada por Lagorio es, en definitiva, un síntoma de la profunda descomposición que sufre el espacio libertario en el municipio.

Crónica de una fractura anunciada: La «novela libertaria» de Berisso

Los conflictos internos que asolan a La Libertad Avanza en Berisso se han desarrollado como una auténtica «novela» o «culebrón» político, una saga de traiciones, acusaciones públicas, cambios de bando y luchas descarnadas por el poder. Esta sucesión de escándalos no solo ha erosionado la cohesión del partido, sino que ha proyectado una imagen de caos e inestabilidad ante un electorado que adhirió a un mensaje de ruptura con la política tradicional.

Daniel del Curto y Lorena Anahí Rivarola. Crisis de recursos en Berisso. Realidad o prioridad selectiva 1

El episodio más visible de esta fractura fue la salida del concejal Daniel Del Curto, quien hasta ese momento presidía el bloque de LLA. Lo que comenzó como una ruptura ambigua, terminó confirmándose como una expulsión del partido. Del Curto conformó su propio unibloque, «Unión Berissense», y se realineó con el oficialismo del intendente Fabián Cagliardi, de quien obtuvo un contrato en la Municipalidad para su mujer, justificando su giro en el impacto negativo de las políticas económicas nacionales en Berisso. Sin embargo, su caso no fue un acto aislado de «traición», sino el síntoma de una fractura mucho más profunda.

El oportunismo de Daniel Del Curto: ¿Un concejal al servicio de 3 millones de intereses?

En un «pacto opaco», el bloque entero de La Libertad Avanza, integrado por Melisa Aguilera, Darío Luna y Jorge Marc Llanos, junto a otros disidentes, votó alineado con el intendente peronista para designar una Jueza de Faltas «a dedo», convirtiendo al Concejo Deliberante en una mera «escribanía» del poder ejecutivo local.

El CEO Cagliardi convierte Concejo en escribanía: impone jueza «a dedo» con pacto opaco de libertarios

Esta descomposición desató una guerra de acusaciones. Del Curto calificó a sus excompañeras Melisa Aguilera y Mariana Astorga (edil de Juntos por el Diálogo Federal con licencia) como «traidoras» y «saltamontes de la política». Desde su antiguo espacio, lo señalaron como un oportunista que negoció beneficios personales, como el contrato de su esposa en la municipalidad.

El escándalo alcanzó su clímax con una polémica declaración del propio Del Curto: “Yo con el sueldo de concejal que es de 3 millones de pesos no llego a fin de mes, un jubilado con 30 mil se tiene que matar”.  Pronunciada por un representante electo en una plataforma anti-establishment y pro-austeridad, la frase no solo generó un repudio masivo, sino que lo convirtió en un símbolo de la hipocresía de una clase política que dice representar al pueblo mientras vive en una realidad paralela.

La inestabilidad es generalizada, con ediles como Astorga y Maximiliano Fernández que, según las crónicas periodísticas locales, «ya cambiaron tres veces de camiseta en un año». Esta lucha intestina por el poder ha creado un ambiente tóxico, un caldo de cultivo perfecto donde las acusaciones de corrupción ya no solo se dirigen hacia los rivales políticos, sino que apuntan, con una fuerza demoledora, hacia el interior del propio espacio libertario.

La sombra de «la casta»: Contradicciones y denuncias de corrupción interna

Escándalo en Berisso, Desaparecen millones destinados a fiscales de La Libertad Avanza 72

La ironía que envuelve la crisis de La Libertad Avanza en Berisso es profunda y reveladora. Un movimiento político que se erigió sobre la base de un discurso incendiario contra la «casta» política y la corrupción endémica, se encuentra ahora enfrentando acusaciones internas que replican, punto por punto, las mismas prácticas que juró desterrar. La promesa de una nueva forma de hacer política se ha visto opacada por una realidad de disputas por cargos, sospechas de negociados y un manejo discrecional de los recursos.

Fue el propio Daniel Del Curto, tras su expulsión, quien denunció públicamente la existencia de «corruptos» dentro de LLA. Apuntó directamente contra Juanes Osaba, el armador de la Tercera Sección Electoral que impuso a Lagorio, a quien acusó de nepotismo y de manejar la estructura partidaria con autoritarismo. “Son gente puesta a dedo que nadie eligió y que te quieren manejar”, sentenció en su momento Del Curto, describiendo un sistema de designaciones arbitrarias que choca frontalmente con los principios que el partido pregona.

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El caso que mejor ilustra esta contradicción es el de Alejandro Aguirre, el primer candidato a concejal apadrinado por Lagorio. Su historial comercial es polémico: enfrentó una denuncia por la presunta usurpación de un terreno y su trayectoria como empresario está ligada casi exclusivamente a la petrolera estatal YPF. A través de sus empresas Pipartec SRL y Obras VP Amecon, obtuvo contratos privilegiados, pero su gestión dejó un tendal de deudas. Según fuentes periodísticas, obtenía certificados de pago «a pesar de que los trabajos no se realizaban». Solo en 2023, acumuló 44 cheques rechazados por 14 millones de pesos, dejando «colgados» a proveedores y a casi un centenar de empleados que tuvieron que ser indemnizados por YPF como responsable solidario.

Tras este colapso, la suerte de Aguirre cambió de forma «milagrosa» al asociarse con Lagorio. En apenas un mes, su situación crediticia pasó de «5 – incobrable» a «1 – activo», una recuperación tan vertiginosa que es prácticamente imposible sin una significativa influencia externa o maniobras financieras extraordinarias. Ya en 2024, su nueva empresa obtuvo enormes contratos con YPF y acceso a préstamos bancarios por más de mil millones de pesos. La reflexión que surge desde el propio seno del conflicto es lapidaria: «La casta no estaba en otro partido, estaba adentro». Las acciones de figuras como Lagorio, Del Curto y Aguirre refuerzan la percepción de que el partido en Berisso se ha convertido en una plataforma para hacer negocios y acumular poder personal, traicionando la confianza de sus votantes.

La Libertad Avanza sin rumbo en Berisso

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El panorama de La Libertad Avanza en Berisso es el de un proyecto político al borde del colapso. La grave acusación sobre el manejo de los fondos de fiscalización contra el coordinador Gustavo Fabián Lagorio es la punta del iceberg de una crisis mucho más profunda, caracterizada por una fragmentación terminal, luchas de poder descarnadas entre sus principales referentes y contradicciones flagrantes con el discurso anti-casta que le dio origen. La «novela libertaria» local, con sus capítulos de traiciones, denuncias de corrupción interna y un desfile de figuras más preocupadas por su supervivencia política y sus negocios personales que por representar a sus electores, ha dinamitado la confianza y el entusiasmo inicial.

Esta severa crisis de credibilidad y organización proyecta una larga sombra sobre el futuro electoral y político del partido en Berisso. Las heridas internas parecen demasiado profundas para cicatrizar a corto plazo, y la imagen pública del espacio ha quedado gravemente dañada. La pregunta que flota en el ambiente es si La Libertad Avanza podrá recuperarse de este estado de descomposición, reestructurar su dirigencia y reconectar con una base electoral que se siente traicionada. O si, por el contrario, este cúmulo de escándalos terminará por desmantelar por completo un proyecto que, a nivel local, parece haber implosionado antes de poder consolidarse.


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