La administración del gobernador Axel Kicillof ha sido objeto de críticas por la aparente contradicción entre sus demandas de fondos al gobierno nacional y el significativo gasto de su propia administración. Recientemente, se ha revelado la compra de una flota de autos de lujo 0 kilómetro, valorada en más de 600 mil dólares, que han sido ocultados en galpones oficiales para uso de funcionarios, a pesar de las quejas de Kicillof sobre la falta de recursos y la paralización de obras, parece que se olvidó su farsa de andar en el Clio de Carlos Bianco. Esta adquisición, que no fue publicada en el Boletín Oficial, se atribuye a los ministerios de Desarrollo de la Comunidad y la Secretaría General.
Contradicciones en el discurso y la acción
Las críticas hacia Kicillof se centran en varias contradicciones entre sus declaraciones y las acciones de su gobierno. Por un lado, Kicillof ha denunciado públicamente la falta de fondos y ha exigido recursos al gobierno de Javier Milei, señalando la paralización de obras y deudas millonarias. Su administración ha confirmado que la provincia enfrenta una emergencia financiera y una crisis fiscal, declarando que no hay fondos para cubrir aumentos salariales, insumos escolares u obras públicas, ni para comprar patrulleros.
Sin embargo, en contraste con estas declaraciones, su administración ha sido descubierta adquiriendo y ocultando una flota de autos de lujo 0 kilómetro para sus ministros y subsecretarios. Se estima que el gasto en estos vehículos supera los 600 mil dólares. Esta no es una práctica nueva, ya que en 2020 el gobierno provincial licitó autos de lujo por más de 500 millones de pesos, a pesar de las negativas públicas.
Reclamos salariales y necesidades públicas desatendidas
La situación se agrava al observar que, mientras Kicillof y su gobierno reclaman por la falta de recursos, la provincia no ha podido equiparar los salarios docentes a la inflación. Los docentes y empleados estatales no han visto reflejados sus aumentos, y existen graves falencias edilicias en escuelas, hospitales colapsados y rutas abandonadas. A pesar de estas necesidades, el gobierno ha destinado cifras millonarias a vehículos de alta gama con comodidades como aire acondicionado digital y tapizados de cuero para uso exclusivo de sus funcionarios.
Un legislador opositor ha calificado esta situación como «inaceptable», señalando que «mientras los docentes y empleados estatales no ven reflejados sus aumentos, el gobierno gasta en privilegios para unos pocos».
Discurso de ajuste económico versus compras secretas
El gobierno ha hablado de un «ajuste económico» y de la necesidad de recursos para cubrir las demandas más urgentes de los ciudadanos, especialmente tras la catástrofe en Bahía Blanca. Sin embargo, se ha emitido una orden directa desde la gobernación para ocultar los vehículos sin patentar en galpones de la Dirección de Automotores Oficiales en Tolosa, La Plata, con el objetivo de evitar que la adquisición se hiciera pública. Un funcionario cercano admitió que «si la gente nos ve paseando en estos autos, que no tienen ni siquiera patente, nos va a linchar», lo que subraya la conciencia del intento de ocultamiento y la flagrante contradicción con el discurso oficial.
La mezcla de estos autos de lujo con mercadería destinada a asistencia social en los mismos galpones también ha generado críticas por la falta de transparencia. En resumen, las fuentes destacan una «contradicción flagrante dentro del discurso oficial» y una «incoherencia entre el relato de ajuste y la realidad de los privilegios para la casta política provincial», caracterizando la gestión como de «doble vara, el despilfarro de fondos públicos y el ocultamiento».
Impacto en la ciudadanía bonaerense
El uso de fondos públicos en vehículos de lujo impacta a la ciudadanía bonaerense de varias maneras, especialmente en un contexto de emergencia financiera declarada por el gobierno provincial. La adquisición de vehículos de alta gama para funcionarios ocurre mientras la provincia de Buenos Aires enfrenta una emergencia financiera y docentes reclaman aumentos salariales. El gobierno no ha podido equiparar los salarios docentes a la inflación ni completar obras públicas.
A pesar de que Kicillof denuncia la falta de recursos y exige fondos al gobierno nacional, su administración destina cifras millonarias a vehículos 0 kilómetro para uso exclusivo de sus funcionarios. Esto contrasta con la crisis fiscal confirmada por el ministro de Gobierno, Carlos Bianco, quien afirmó que no hay fondos para cubrir aumentos salariales, insumos escolares u obras públicas. La situación se agrava por la falta de infraestructura, con escuelas que presentan graves deficiencias edilicias, hospitales colapsados y rutas abandonadas, mientras los funcionarios circulan en vehículos de lujo.
Percepción de privilegio y falta de transparencia
El gasto en «privilegios para unos pocos» es considerado «inaceptable» por legisladores opositores. Además, la compra se realiza de forma «secreta» con un «intento de ocultamiento», ya que los vehículos son escondidos en galpones oficiales sin patentar. Esta situación ha generado críticas por la falta de transparencia, especialmente al descubrirse que los galpones también almacenan mercadería destinada a asistencia social junto a los autos de lujo.
La percepción de privilegio se ve acentuada por el contraste entre el discurso del gobierno y la realidad de los ciudadanos. Mientras Kicillof habla de la necesidad de recortes y ajustes, la administración parece priorizar el gasto en lujos para funcionarios. Esta contradicción ha llevado a un creciente descontento social, donde muchos ciudadanos sienten que sus necesidades básicas están siendo ignoradas en favor de un pequeño grupo privilegiado.
Doble discurso y descontento social
La «doble vara» en la gestión de Kicillof se ha convertido en un tema recurrente en el debate público. La administración ha sido acusada de despilfarrar fondos públicos en un contexto donde la población enfrenta serias dificultades económicas. La falta de transparencia en la adquisición de vehículos de lujo, junto con la ocultación de estos en galpones oficiales, ha alimentado la percepción de que el gobierno no está actuando en el mejor interés de la ciudadanía.
Un funcionario cercano a Kicillof incluso admitió que si la gente ve a los funcionarios en esos autos «sin patente, nos va a linchar», lo que evidencia el potencial descontento público. Esta situación se percibe como un despilfarro de fondos públicos y una contradicción con el discurso oficial, generando críticas por la falta de transparencia y malestar en la ciudadanía.
Patrones de ocultamiento y gasto en la administración de Kicillof
En la administración del gobernador Axel Kicillof se han observado patrones recurrentes de ocultamiento y gasto discrecional en medio de una declarada emergencia financiera y reclamos salariales. Estos patrones incluyen:
Adquisición y ocultamiento sistemático de vehículos de lujo
Se ha descubierto la compra de flotas de autos de alta gama para funcionarios, incluyendo Volkswagen Virtus modelo 2025 y una Volkswagen Taos, con un gasto que supera los 600 mil dólares. Estos vehículos son adquiridos de forma opaca, sin que las compras sean encontradas en el Boletín Oficial. Los autos son luego escondidos, sin patentar, en galpones oficiales de la Dirección de Automotores Oficiales (DAO) en Tolosa, La Plata. La orden de ocultamiento habría partido directamente de la gobernación con el objetivo de evitar que la adquisición se hiciera pública en un momento de ajuste económico.
Contradicción entre el discurso oficial y las acciones
Mientras el gobierno bonaerense declara una emergencia financiera, denuncia la falta de fondos y exige recursos al gobierno nacional, afirmando que «no hay plata para salarios, obras ni seguridad», su administración destina cifras millonarias a vehículos 0 kilómetro para uso exclusivo de sus funcionarios. Esta incoherencia ha sido calificada como el «sello distintivo de la gestión Kicillof».
Comportamiento recurrente y no aislado
Las fuentes indican que «este accionar de la gestión de Axel Kicillof no es nuevo» y que «no es el primer caso de compras opacas». En 2020, el gobierno provincial licitó autos de lujo por más de 500 millones de pesos, a pesar de que el entonces jefe de Gabinete, Carlos Bianco, había asegurado públicamente que la compra estaba suspendida. En marzo, ya se había revelado la existencia de otra flota de autos de lujo escondida en el mismo galpón, incluyendo Volkswagen Vento y un Virtus GTS.
Gasto discrecional en medio de necesidades urgentes
El gasto en estos vehículos de lujo se produce mientras la provincia lucha por atender las necesidades urgentes de sus habitantes tras la catástrofe en Bahía Blanca. La falta de recursos para equiparar salarios docentes a la inflación, la falta de infraestructura, y la atención a servicios públicos esenciales son temas que han quedado relegados ante el gasto en lujos.
Involucramiento de figuras cercanas a la gobernación
La Secretaría General, a cargo de Agustina Vila (una de las funcionarias más cercanas a Kicillof), estuvo implicada en la compra y el ocultamiento de los autos. Los galpones donde se ocultan los vehículos también son utilizados por Agustina Vila para almacenar mercadería destinada a asistencia social de la Fundación Banco Provincia, lo que genera críticas por la falta de transparencia. Además, el Ministerio de Desarrollo de la Comunidad, liderado por Andrés Larroque, fue el encargado de adquirir la nueva flota, y el ministro de Economía, Pablo López (pareja de Vila), ya tenía asignado un vehículo de lujo adquirido recientemente.
Reacciones de la oposición y la ciudadanía
La oposición ha reaccionado con firmeza ante estas revelaciones, calificando la situación como un «escándalo» que refleja la desconexión del gobierno con las necesidades de la población. Legisladores de diferentes partidos han exigido explicaciones y han solicitado una auditoría sobre el uso de fondos públicos en la administración de Kicillof. La falta de transparencia en la gestión ha llevado a un aumento en la desconfianza hacia el gobierno provincial, y muchos ciudadanos se sienten frustrados por la aparente falta de responsabilidad en el manejo de los recursos públicos.
La ciudadanía, que enfrenta dificultades económicas y carencias en servicios básicos, ha comenzado a expresar su descontento a través de manifestaciones y protestas. La percepción de que los funcionarios disfrutan de privilegios mientras la población sufre ha alimentado un clima de tensión social. Las redes sociales se han convertido en un espacio donde los ciudadanos comparten sus opiniones y denuncias sobre el gasto en vehículos de lujo, lo que ha contribuido a la presión sobre el gobierno para que rinda cuentas.
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La administración de Axel Kicillof enfrenta un creciente escrutinio por las contradicciones entre su discurso y sus acciones. La compra y ocultamiento de vehículos de lujo en un contexto de emergencia financiera y necesidades insatisfechas ha generado un clima de desconfianza y descontento entre la ciudadanía. Las críticas de la oposición y la presión social han puesto de relieve la necesidad de una mayor transparencia en el uso de fondos públicos y una reevaluación de las prioridades del gobierno.
La situación actual plantea interrogantes sobre la capacidad del gobierno provincial para gestionar de manera efectiva los recursos en un momento crítico. La falta de atención a las necesidades básicas de la población, combinada con el gasto en lujos para funcionarios, ha llevado a una percepción de privilegio y desconexión que podría tener repercusiones en el futuro político de Kicillof y su administración.
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